El Diario Nica

Producción Avícola aporta a la seguridad alimentaria

En Nicaragua, la producción de carne de pollo y huevos está creciendo.

En Masaya existen diversas experiencias productivas, donde familias enteras se ven involucradas en toda la cadena de comercialización y producción que permite ir derrotando la pobreza y fortalecer la seguridad alimenticia.

La primera de estas experiencias exitosas en la producción avícola en Masaya es la familia de Álvaro Báez, cuyos principios se remontan al año 2000, cuando comenzó con un poco más de 275 gallinas ponedoras, siendo en el 2010 cuando alcanza un verdadero crecimiento al recibir el apoyo de la Revolución Popular Sandinista, del Gobierno de Nicaragua y de las autoridades fitosanitarias del país.

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La Avícola Báez, es toda una referencia en el departamento de Masaya; la marca ya está ofertando productos para los departamentos de León, Chinandega, Rivas, Managua y hay planes de inversión para comercializar huevos en Bluefields en la Costa Caribe Sur.

“Comencé con un poco más de 275 gallinas; nos vamos expandiendo poco a poco, pero ya ahora tenemos una producción de huevos con más de 10 mil gallinas”, relata don Álvaro, que luce contento porque las nuevas generaciones de su familia están aprendiendo todo sobre la avicultura.

El proceso de recolección de huevos inicia desde muy tempranas horas de la madrugada; a las 4 de la mañana los compradores llegan por la nueva producción de huevos, que luego comercializan en los mercados locales de todos los municipios de  Masaya, en las pulperías e incluso en algunas cadenas de supermercados.

“Estamos enseñando el manejo a la nueva generación de productores como son Alan y Jorge, quienes siempre están bajo mi tutela. Ellos están aprendiendo poco a poco; no se les puede dejar correr tan rápido. Estamos compartiendo la experiencia para seguir supliendo a las cadenas alimenticias; ellos tienen que echarle ganas. Estoy muy orgulloso de ellos; ojalá no lo dejen caer”, reflexiona este experimentado productor avícola.

En Masaya, las experiencias de granjas avícolas familiares están dando sus frutos, así lo confirman los hijos de don Álvaro, Alan y Jorge Báez Aburto, quienes están cursando carreras agrícolas que les permiten fortalecer el negocio familiar y garantizar la producción de huevos para las familias.

“Aquí en la comunidad es bastante común que las familias coman huevo todos los días. Nosotros para ayudar a la comunidad, vendemos 7 huevos por 20 córdobas. En las pulperías, cada huevo cuesta 7 córdobas, pero aquí cuando vienen a comprarnos, directamente lo vendemos a precios muy accesibles; tiene un costo de 3 córdobas”, refiere Jorge.

Cada madrugada y en el resto del día, en esta avícola familiar, se hace un proceso de selección del huevo, de tal manera que aquellos que son picoteados (pequeños orificios) por las gallinas se queden para el consumo de las comunidades cercanas a la empresa familiar y el resto es distribuido a los lugares antes mencionados.

“Nosotros hacemos una selección de la calidad de los huevos; los que vemos con alguna picadura, que no estén abiertos totalmente, los vendemos; de lo contrario, no es conveniente venderlos de esa manera, porque queremos garantizar calidad en el producto. Las autoridades como el IPSA nos dan capacitación constante; muchas veces viajamos a Managua, ellos vienen aquí y todo siempre es para mejorar. Nos visitan para el control de calidad y el incremento de la producción; gracias a este seguimiento tenemos resultados bastante buenos”, comentó Alan Aburto, que nos da el detalle de que en Carazo se consume mayormente el huevo colorado, mientras que en el pacífico prefieren el huevo blanco.

Álvaro como sus dos hijos Alan y Jorge, comentan que empezaron con pocas gallinas, pero gracias a la capacitación que reciben de las autoridades fitosanitarias, el número de aves ponedoras y la cantidad de huevos producidos a diario ha aumentado. Actualmente, la producción en la Avícola Báez es de 250 cajillas diarias, 1 mil 750 semanales y cerca de 9 mil cajillas mensuales.

“Esto es bastante bonito porque uno aporta al desarrollo del país, aporta algo a la comunidad; podemos llevar huevo a la mesa de una familia. El proceso de producción inicia desde que el ave viene desde un día de nacida. Es como criar un niño, se les da vitaminas, se les hace corte en el pico para que no desarrolle calcio en el pico y eso favorece para que no existan muchos huevos quebrados. Luego ellas van desarrollando por varias semanas, y así va el proceso hasta que la gallina ya puede poner los huevos jumbo o huevos grandes”, explica Alan.

Experiencias como la de la familia Báez Aburto son una muestra de que la seguridad alimentaria recae en emprendimientos familiares y en las cooperativas agrícolas que, con su trabajo de hormiga, contribuyen a que en los mercados municipales, en las pulperías y en cadenas de supermercados, podamos encontrar las verduras, las frutas y los granos básicos como el maíz, el arroz y los frijoles, de tal manera que los nicaragüenses tengamos garantizada nuestra dieta básica.