Managua, Nicaragua. Cada diciembre, Nicaragua se viste de fiesta para celebrar La Purísima, una de las tradiciones religiosas y culturales más arraigadas del país. Esta festividad honra a la Inmaculada Concepción de María, patrona nacional, y se ha convertido en un símbolo de identidad y unión para millones de nicaragüenses.
La devoción a la Virgen María se remonta a la época colonial, cuando los misioneros españoles difundieron el culto a la Inmaculada Concepción. Con el tiempo, la celebración se transformó en una fiesta popular que mezcla lo religioso con lo festivo, dando lugar a una tradición única en el mundo.
- 28 de noviembre al 8 de diciembre: se realizan novenas y cantos en honor a la Virgen.
- 7 de diciembre – La Gritería: miles de personas salen a las calles para cantar y gritar “¿Quién causa tanta alegría?” con la respuesta “¡La Concepción de María!”.
- 8 de diciembre: día oficial de la Inmaculada Concepción, con misas solemnes y procesiones.
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- Altares en los hogares: decorados con imágenes de la Virgen, flores y luces.
- Cantos marianos: himnos tradicionales que acompañan la devoción.
- Reparto de “gorras”: dulces, frutas, juguetes y bebidas que se entregan a los visitantes.
- Ambiente comunitario: vecinos y familias se reúnen en un espíritu de fraternidad y alegría.
Más allá de lo religioso, La Purísima es considerada patrimonio cultural de Nicaragua. Representa la unión de la fe con la identidad nacional, y cada año atrae la atención de visitantes que se maravillan con la intensidad y el colorido de esta celebración.