El domingo electoral en Honduras ha comenzado con una profunda sombra de duda sobre la transparencia del proceso.
Más de seis millones de hondureños están llamados a las urnas en unas elecciones marcadas por denuncias y audios filtrados de que la derecha prepara un «hackeo», la injerencia directa de Donald Trump y un historial de victorias fraudulentas de la derecha.
En ellas se elegirá al Presidente de Honduras para el período 2026-2030, así como 128 diputados titulares al Congreso de Honduras y 128 suplentes, 20 diputados titulares al Parlamento Centroamericano y 20 suplentes y 298 alcaldes y 298 vicealcaldes, así como 2168 regidores.
Las denuncias de fraude por parte del oficialismo liderado por Xiomara Castro, la injerencia directa del presidente estadounidense, Donald Trump, que llamó a votar directamente por uno de los candidatos de derecha y amenazó a la población con quitar su apoyo si no gana su favorito y antecedentes como el golpe de Estado contra Manuel Zelaya del 28 de junio de 2009, marcan los comicios que al inicio de la jornada se desarrollan en tranquilidad.
Tras la ampliación del límite para sufragar en las presidenciales del país centroamericano, los ciudadanos locales cuentan con los últimos minutos para emitir su preferencia en las urnas.