Jair Bolsonaro, ya comenzó a cumplir su condena de 27 años de prisión en Brasilia, tras ser declarado culpable por conspirar en un intento de golpe de Estado. El Supremo Tribunal Federal (STF) ordenó la ejecución inmediata de la sentencia, que se hará efectiva en una sede de la Policía Federal en la capital brasileña.
La STF de Brasil, declaró este martes la conclusión del proceso contra el expresidente Jair Bolsonaro por golpe de Estado. El máximo juzgado entendió que no caben más recursos y decretó la ejecución de las condenas.
Con esa decisión, el relator Alexandre de Moraes, ordenó que Bolsonaro debe permanecer en la Superintendencia de la Policía Federal en Brasilia, donde se encuentra en prisión preventiva desde el pasado sábado, para cumplir la pena.
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Bolsonaro había sido condenado en septiembre por la Primera Sala del STF a 27 años y 3 meses de prisión en régimen inicial cerrado por liderar una organización criminal que intentó impedir la investidura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y subvertir el orden democrático.
La misma situación alcanza al diputado Alexandre Ramagem, exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), y al exministro de Justicia Anderson Torres, quienes tampoco presentaron los segundos embargos de declaración antes del cierre del plazo. Ramagem recibió una pena de 16 años, 1 mes y 15 días, mientras que Torres fue sentenciado a 24 años, ambos también en régimen cerrado.
El fallo también alcanza a otros altos mandos del antiguo gobierno, como los exministros Paulo Sérgio Nogueira y Augusto Heleno, el excomandante de la Marina Almir Garnier, el general Walter Braga Netto y el exayudante Mauro Cid —este último cumpliendo pena domiciliaria de dos años tras su delación—. Todos, excepto Cid, aguardaban el cierre de la fase recursal para que las sentencias quedaran firmes. Con el cierre del juicio, la ejecución de las condenas dependía exclusivamente de la orden de Moraes.
El exmandatario, sin embargo, ya se encuentra detenido por otra causa y permanece desde el sábado en la Superintendencia de la Policía Federal en Brasilia bajo prisión preventiva, luego de que intentara dañar su tobillera electrónica con un soldador. Esa medida deriva de la supuesta violación de su monitoreo electrónico y del riesgo de fuga detectado por la Policía Federal, reforzado por una vigilia convocada por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, frente a su residencia.
La Primera Sala del STF mantuvo por unanimidad esa detención, al considerar que Bolsonaro infringió de manera consciente el control judicial y evaluó como alto el riesgo de evasión ante la inminencia del fallo definitivo.