El cultivo de tomate continúa consolidándose como uno de los rubros agrícolas más importantes de Nicaragua, tanto por su alto consumo en la dieta de la población como por su relevancia económica para las familias productoras. Debido a su demanda constante, el tomate se ha convertido en un producto estratégico para la seguridad alimentaria y el desarrollo rural del país.
De acuerdo con el más reciente monitoreo del Ministerio Agropecuario (MAG), se proyecta que para el mes de noviembre de 2025 la producción nacional alcance los 119,000 quintales de tomate. Esta oferta será garantizada por familias productoras de municipios como Terrabona, Estelí, Ciudad Darío, La Trinidad y Pueblo Nuevo, entre otros territorios con tradición agrícola.
El cultivo de tomate no solo asegura un abastecimiento fundamental para los consumidores, sino que también representa una fuente significativa de ingresos para miles de productores, contribuyendo al mejoramiento de sus condiciones de vida. Asimismo, el sector genera empleo directo en labores agrícolas, así como empleo indirecto en transporte, comercialización y procesamiento, fortaleciendo las economías locales.
Autoridades del MAG destacan que estas proyecciones reflejan el esfuerzo y el compromiso de las familias rurales, quienes continúan impulsando el crecimiento del sector agrícola y aportando al dinamismo económico del país.