Donald Trump, declaró que está dispuesto a conversar con Nicolás Maduro, aunque mantiene abierta la opción de presión militar sobre Venezuela.
Sus palabras sorprendieron porque combinan la posibilidad de diálogo con un discurso de firmeza frente a la crisis política y migratoria del país sudamericano.
La administración Trump justifica la operación como lucha contra el narcotráfico, aunque analistas señalan que responde a la intención de revivir la Doctrina Monroe y controlar los recursos venezolanos.
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Lo que dijo Trump
- El presidente estadounidense afirmó que “probablemente hablaré con él, yo hablo con mucha gente”, en referencia a Maduro.
- Señaló que “Venezuela quiere hablar” y que podrían darse discusiones, aunque aclaró que no conoce aún los detalles.
- Al mismo tiempo, insistió en que no descarta ninguna alternativa, incluida una intervención militar, para enfrentar la crisis
Contexto de las declaraciones
- Las palabras de Trump se dieron en medio de un refuerzo militar estadounidense en el Caribe, lo que aumenta la tensión regional.
- El Departamento de Estado anunció nuevas medidas contra Venezuela, mientras figuras como Marco Rubio presionan para que se catalogue al Cártel de los Soles como organización terrorista.
- Maduro respondió asegurando que “quien quiera hablar con Venezuela, hablará cara a cara”, reafirmando su disposición al diálogo pero también mostrando firmeza
Claves del momento
- Ambivalencia estratégica: Trump combina la amenaza militar con la apertura diplomática, lo que refleja una política de presión máxima pero con espacio para negociación.
- Impacto regional: La crisis venezolana afecta directamente a países vecinos por la migración masiva y la inestabilidad política.
- Maduro busca legitimidad: Al responder públicamente, intenta mostrar que Venezuela no rehúye el contacto, aunque mantiene un discurso de soberanía.
La marina estadounidense ha realizado ataques en el Mar Caribe y el Pacífico oriental, con más de 80 muertos y aproximadamente 20 embarcaciones impactadas, hechos calificados por la ONU como ejecuciones extrajudiciales y violaciones al derecho internacional.
En resumen, Trump abrió la puerta a un posible diálogo con Maduro, pero sin abandonar la narrativa de fuerza militar. Esto coloca a Venezuela en un escenario incierto: podría haber conversaciones, pero también un aumento de la presión internacional.