Descontento hacia la política exterior y la seguridad del país.
Los ecuatorianos votaron el domingo en una consulta popular impulsada por el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, en la que ganó la opción de negativa en todas las preguntas planteadas, de acuerdo con el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El triunfo del ‘No’ en la cuarta interrogante, que intentaba convocar una Asamblea Constituyente, descartó la elaboración de una nueva Constitución y sustituir la vigente, aprobada en 2008. Noboa justificaba esto argumentando que la actual carta magna «protege a delincuentes».
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Ecuador ha rechazado el regreso de bases militares extranjeras en un referéndum y consulta popular impulsados por el presidente Daniel Noboa.Los resultados indican que el 60,21% de los ecuatorianos no cree conveniente que vuelvan las bases estadounidenses a la costa ecuatoriana. Este rechazo se ha manifestado en un amplio consenso en las consultas, donde el 61,34% no quiere que se inicie un proceso constituyente y el 60,41% no cree conveniente que se reinstalen las bases militares extranjeras. La decisión refleja un sentimiento de descontento hacia la política exterior y la seguridad del país, así como una demanda por la protección de los derechos de los ecuatorianos.
Según los resultados por provincias, solo Tungurahua apoyó la propuesta presidencial, mientras que en las demás provincias, se impuso la opción del ‘No’. Este resultado representa un revés para el mandatario y su movimiento, que durante meses han insistido en la necesidad de una nueva Constitución para hacer frente a la crisis de inseguridad que vive el país.
En este escenario, si Noboa insiste en que el problema para la lucha contra la violencia está en la normativa, el mandatario puede seguir proponiendo enmiendas o reformas legales en la Asamblea Nacional, o enmiendas y reformas constitucionales. Dependiendo del tema, estos procesos podrían tomar incluso menos tiempo que el total de la Asamblea Constituyente.
Una reforma parcial a la Constitución se puede aplicar para modificar artículos específicos que no restrinjan derechos ni modifiquen el procedimiento constitucional. El proceso podría comenzar por iniciativa del presidente, pero se tramita por la Asamblea Nacional en al menos dos debates, con al menos 90 días de diferencia.
Por otro lado, Noboa puede optar por la enmienda constitucional, pero solo puede usarse en casos en que los ajustes no afecten la estructura fundamental, o el carácter y elementos constitutivos del Estado. Noboa puede plantear la necesidad de una enmienda directamente a la Corte Constitucional, la cual determina si la propuesta sí puede tramitarse. En caso de obtener luz verde, esta pasa directamente a un referendo.
Ambas opciones son más rápidas que una Constituyente, ya que los procesos son más simples y permiten que el presidente (o cualquier otro actor político autorizado) impulse cambios a la Constitución sin tener que convocar una Asamblea Constituyente.