Masaya se prepara para vivir una de sus celebraciones más emblemáticas: el tradicional Torovenado El Malinche, una fiesta popular que cada año convoca a familias, devotos y visitantes en un ambiente cargado de color, música y tradición. La ciudad, reconocida por su riqueza cultural, experimenta días de intensa actividad que reafirman su identidad y el arraigo de sus expresiones folclóricas.
Esta festividad única combina humor, fe y folclore, dando vida a un mitote vibrante en el que el pueblo masayense renueva su compromiso con la preservación de su patrimonio cultural. Las actividades previas ya han encendido el entusiasmo entre los habitantes.

Entre las manifestaciones que marcan la antesala destacan la garroteada y la encebada del palo de acetuno, que llenaron las calles de risas, energía y un profundo sentido de convivencia popular. A ello se sumó la Nesquiza del maíz, un ritual que simboliza la abundancia y la continuidad de esta tradición ancestral, manteniendo vivo el corazón del mitote torovenadero.
Como parte del calendario festivo, el desfile de ofrendas recorrió las calles desde la Casa Departamental del FSLN hasta el barrio El Chanal. El sonido de instrumentos musicales marcó el paso de los participantes, creando una atmósfera de unidad y devoción. Habitantes y promesantes caminaron juntos para honrar la tradición y rendir tributo a sus raíces.
Durante el recorrido, la familia Toribio, custodios históricos de esta celebración, recibió el acompañamiento de la comunidad, reafirmando su rol en la conservación del Torovenado El Malinche. Con este preámbulo lleno de simbolismo y alegría, Masaya se alista para vivir nuevamente una de sus fiestas más queridas y representativas.
