Es un paso habitual en aviación militar tras accidentes graves.
El Ministerio de Defensa turco ordenó la suspensión temporal de vuelos de sus aviones de carga militar C-130 como medida preventiva, tras el siniestro de una de estas aeronaves ocurrido en el espacio aéreo de Georgia durante su trayecto de regreso de Azerbaiyán a Turquía.
La cartera de Defensa indicó que, una vez completadas las inspecciones técnicas detalladas, los aviones que superen la revisión volverán al servicio.
El Hercules C-130, avión de cuatro motores turbohélice fabricado por la empresa estadounidense Lockheed Martin y perteneciente a la Fuerza Aérea turca, se estrelló cerca de la localidad georgiana de Sighnaghi, a unos 5 km de la frontera con Azerbaiyán. En la tragedia fallecieron 20 militares turcos que se encontraban a bordo.
Aún se desconoce la causa del accidente, pero las autoridades turcas y georgianas ya iniciaron las investigaciones.
Mientras tanto, el columnista del periódico Hurriyet, Abdulkadir Selvi, afirmó que los investigadores consideran tanto la posibilidad de un accidente como la versión de que la aeronave fuera derribada. «El Cáucaso es una región notoriamente peligrosa. Por lo tanto, se está investigando toda posibilidad», indicó.
Investigación en curso
- La causa del accidente aún no ha sido determinada.
- Se están analizando factores como fallos mecánicos, condiciones meteorológicas y posibles errores humanos.
- El hecho de que el avión volara en una zona montañosa cerca de la frontera azerbaiyana complica la investigación
Implicaciones regionales
- Turquía mantiene una presencia militar activa en la región del Cáucaso, colaborando con Azerbaiyán y participando en operaciones logísticas.
- La suspensión de los C-130 podría afectar temporalmente la capacidad de transporte militar y logístico de Turquía en esa zona estratégica.
- El accidente también subraya la fragilidad de las rutas aéreas militares en áreas montañosas y con condiciones climáticas cambiantes.
En resumen, lo ocurrido en Georgia llevó a Turquía a paralizar de inmediato los vuelos de sus C-130 hasta que se esclarezca qué provocó la tragedia. Es un paso habitual en aviación militar tras accidentes graves, para garantizar la seguridad de las tripulaciones y evitar nuevas pérdidas.