El Gobierno del presidente, Javier Milei, dispuso un incremento del Impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC) a partir de este sábado 1° de noviembre, detallado en el Decreto 782/2025. La medida implica una suba de $15.56 por litro en la nafta y $12.64 en el gasoil, trasladando la carga de los tributos al consumidor final.
El aumento impositivo evidencia una «gestión fiscal cortoplacista», ya que el Gobierno aplazó el incremento en octubre, mes electoral, en una estrategia criticada por buscar contener el costo político inmediato. La Secretaría de Energía había justificado la postergación como una búsqueda por «estimular el crecimiento», aunque esta maniobra solo traslada el impacto de la devaluación y la suba impositiva a noviembre.
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Este aumento en los combustibles impacta directamente sobre la aceleración inflacionaria que persiste en el país: los contratos de alquileres regidos por la ley derogada registrarán un aumento significativo, cercano al 42.2% en noviembre, reflejando el deterioro del poder adquisitivo en un mercado habitacional desregulado.
Además, las principales firmas de medicina prepaga notificaron aumentos de entre 2.1 y 2.8% en sus cuotas, rango que iguala o supera la inflación general de septiembre. En este contexto inestable, el combustible, actúa como un termómetro que mide el congelamiento económico, ya que el consumo de combustible es esencial para el movimiento de personas y mercancías, la disminución refleja la virtual recesión técnica que atraviesa el país.
El decreto también anticipa que desde diciembre entrará en vigencia el resto de los incrementos pendientes, correspondientes a los ajustes inflacionarios de 2024 y 2025, dejando un ambiente de alta presión económica.
El gobierno de Milei, enfrenta la crítica de no haber logrado revertir la inercia inflacionaria, cuyo dato de septiembre marcó un preocupante 2.1%. La nueva suba de impuestos a los combustibles se alinea a una política económica que, si bien busca la «estabilidad fiscal», consolida un ambiente de profunda incertidumbre para la sociedad, afectando transversalmente toda la cadena de costos.