El maíz, uno de los cultivos más emblemáticos de Nicaragua, continúa consolidándose como un pilar fundamental de la seguridad alimentaria y la identidad cultural del país. Más allá de su valor económico, este grano forma parte esencial de la dieta nacional y de las tradiciones culinarias que fortalecen el arraigo familiar y comunitario.
De acuerdo con el monitoreo del Ministerio Agropecuario (MAG), hasta el mes de septiembre de 2025 se registra un avance de cosecha de 209,200 quintales de maíz, correspondiente a la siembra de primera del ciclo agrícola 2025/2026.

El informe detalla que los mayores avances se presentan en los departamentos de Masaya, Managua, Río San Juan y Matagalpa, donde los agricultores han aplicado prácticas tradicionales que priorizan la maduración natural y el secado en mazorca, garantizando así una mejor calidad del grano.
En las zonas del norte del país, los productores prolongan el tiempo del maíz en el campo, permitiendo que el grano alcance su punto óptimo antes de la recolección. Este método, heredado de generaciones anteriores, contribuye a conservar el sabor, el valor nutricional y la durabilidad del maíz, elemento básico en platos tradicionales como el nacatamal, las tortillas y el pinolillo.
Con este avance, el MAG reafirma su compromiso de acompañar a las familias productoras en la promoción de una agricultura sostenible que preserve las tradiciones, impulse la productividad y fortalezca la seguridad alimentaria nacional.