Río de Janeiro llora con otra operación sangrienta, violenta y bárbara.
La Defensoría Pública de Río de Janeiro confirmó este miércoles que aumentó a 132 el número de víctimas mortales tras el controvertido operativo policial desplegado la víspera contra supuestas facciones del Comando Vermelho.
Hasta ayer, la policía aseguraba que el despliegue inédito en las favelas se había saldado con 64 víctimas mortales, de las cuales 4 eran policías. El secretario de la Policía Militar, coronel Marcelo de Menezes Nogueira, confirmó que los cadáveres llevados hasta la plaza no contaban en las estadísticas.
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos se ha declarado «horrorizada» por la operación policial desarrollada en las favelas del norte de Río de Janeiro, que dejó un saldo de al menos 132 fallecidos, incluidos 4 policías.
«Esta operación mortal refuerza la tendencia de consecuencias letales extremas de las operaciones policiales en las comunidades marginadas de Brasil», dice el breve comunicado de la Oficina, difundido a través de las redes sociales.
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El organismo recuerda a las autoridades brasileñas «sus obligaciones» en el marco del derecho internacional de los derechos humanos y les exhortan a que se lleven a cabo «investigaciones rápidas y efectivas».

El operativo contra el grupo criminal Comando Vermelho implicó la participación de 2.500 agentes, con el objetivo de ejecutar 100 órdenes de arresto en los populosos complejos de favelas Alemao y Penha, unas de las zonas más pobres y violentas de la ciudad.
Pese a que el Gobierno de Río de Janeiro defendió el operativo, las críticas no tardaron en llegar. En redes sociales, la concejala Thais Ferreira (Niterói) calificó la operación como «un genocidio», y acusó al gobernador de haber transformado la ciudad en un «laboratorio de exterminio del pueblo negro y pobre».
La operación desplegada el martes se ha convertido en la más letal de la historia de Río de Janeiro, una ciudad donde son relativamente frecuentes los grandes despliegues policiales.
Pese a las críticas que ha provocado la letalidad del operativo, el gobernador Cláudio Castro consideró que la acción de la policía fue un «éxito» y que solo los policías que fallecieron eran «víctimas».