Hedda Gabler llega al cine con una transformación radical que promete cautivar tanto a los amantes del teatro como a nuevos espectadores.
En esta versión moderna dirigida por Nia DaCosta, el clásico de Henrik Ibsen se reinventa como una comedia dramática ambientada en la Inglaterra de los años 50, donde el glamour y la intriga se mezclan en una fiesta que se va de control.
«Hedda», que se estrena este viernes en cines, no requiere conocimiento previo de la obra original de 1890. Al igual que otras adaptaciones libres como «Clueless» o «Bridget Jones’ Diary», esta película brilla por luz propia, aunque podría despertar el interés por su fuente teatral.
Protagonizada por Tessa Thompson como Hedda, la historia gira en torno a una fastuosa celebración organizada junto a su esposo George Tesman (interpretado por Tom Bateman).
Lo que parece una fiesta inocente pronto se convierte en un juego de poder donde se quiebran corazones, se manipulan destinos y se revela la verdadera naturaleza de Hedda: brillante, manipuladora y desesperadamente aburrida.
La aparición de Eileen Lovborg (una magistral Nina Hoss) enciende aún más la tensión. Rival profesional de George y antigua amante de Hedda, Eileen vuelve reformada, sobria y enamorada de Thea (Imogen Poots), con un manuscrito revolucionario bajo el brazo. Su regreso amenaza todo el frágil equilibrio que Hedda intenta mantener.
Hedda Gabler, en esta versión cinematográfica, es un huracán disfrazado de anfitriona perfecta.
Entre martinis, secretos y traiciones, esta adaptación logra lo impensado: revivir un clásico con humor, estilo y mucha mala leche. Una propuesta audaz que demuestra que algunas mujeres peligrosas nunca pasan de moda.