El cultivo de zanahoria se ha convertido en una actividad estratégica para el desarrollo socioeconómico de muchas familias productoras en Nicaragua, al representar no solo una fuente importante de ingresos, sino también una herramienta clave para fortalecer la seguridad alimentaria y dinamizar la economía nacional.
El aumento de la demanda en los mercados nacionales ha motivado a los productores a adoptar sistemas de siembra más eficientes y prácticas agronómicas innovadoras, lo que permite escalonar la producción y garantizar un abastecimiento continuo durante todo el año.

Esta dinámica no solo beneficia a quienes cultivan directamente la zanahoria, sino que también genera empleo en distintas etapas del proceso, incluyendo la cosecha, clasificación y comercialización, consolidando así al sector hortícola como un pilar económico en varias regiones del país.
Autoridades y actores del sector agrícola destacan el papel de estos cultivos en el desarrollo rural, al brindar oportunidades económicas sostenibles y fomentar la modernización de la producción agrícola en el país.
