Organizaciones de derechos humanos han criticado la medida.
El gobierno de Estados Unidos lanzó un programa que ofrece 2,500 dólares a niños migrantes no acompañados que regresen voluntariamente a sus países de origen.
La medida busca agilizar los procesos de inmigración y reducir la saturación en refugios y tribunales; promoviendo la autodeportación como alternativa.
Según ICE, el pago se entregará una vez que un juez de inmigración apruebe la salida voluntaria y el menor haya llegado a su país. El aviso se envió a refugios del Departamento de Salud y Servicios Humanos, indicando que inicialmente se enfocará en jóvenes de 17 años; aunque los mayores de 14 también podrían ser elegibles.
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Los refugios tenían un plazo de cuatro horas para confirmar la recepción del correo, y los menores contaban con 24 horas para decidir. ICE señaló que el programa busca un “regreso seguro y voluntario”; pero aún no se han precisado las fechas de inicio ni todos los criterios de elegibilidad por edad o nacionalidad.
Melissa Adamson, del Centro Nacional de Derecho Juvenil, advirtió que 2,500 dólares podrían influir indebidamente en las decisiones de los niños; dificultando que comprendan los riesgos de regresar a su país frente a permanecer en Estados Unidos.
Presidente de la Coalición de Inmigración de Nueva York, calificó la iniciativa como una presión para que los menores abandonen sus reclamos legales. Desde octubre de 2021, más de 400,000 niños no acompañados han sido detenidos por la frontera; y la ley exige que todos comparezcan ante un juez antes de cualquier deportación.
El programa se suma a otras medidas de incentivos económicos, como los 1,000 dólares ofrecidos a adultos que deciden salir voluntariamente.
Activistas advierten que estas políticas podrían considerarse coercitivas y vulnerar los derechos de los menores bajo leyes estadounidenses e internacionales; generando un intenso debate sobre ética y eficacia.