En el calor vibrante de Nicaragua, hay una bebida que no solo calma la sed, sino que conecta con la historia y la identidad popular: el fresco de cebada. Esta bebida tradicional, elaborada a base de cebada perlada, azúcar y especias, es un clásico en mercados, ferias y hogares de todo el país.
El fresco de cebada es una bebida dulce y ligeramente espesa, de color rosado o rojizo, que se sirve bien fría. Su base es la cebada cocida, a la que se le agrega azúcar, canela, clavo de olor y, en muchos casos, colorante vegetal rojo para darle su característico tono. Algunas versiones incluyen vainilla o jugo de limón para realzar el sabor.
- En los mercados populares, servido en bolsas plásticas o vasos grandes.
- En ferias patronales, como parte de la oferta gastronómica tradicional.
- En comedores y fondas, acompañando almuerzos típicos como arroz con pollo o vigorón.
El fresco de cebada no solo es refrescante: es símbolo de convivencia, de infancia, de tardes en familia. Para muchos nicaragüenses, su sabor evoca recuerdos de abuelas cocinando en fogones, de vendedores ambulantes con termos metálicos, y de meriendas escolares.
Ingredientes básicos:
- 1 taza de cebada perlada
- 2 litros de agua
- 1 taza de azúcar
- Canela en raja y clavo de olor
- Colorante vegetal rojo (opcional)
Preparación:
- Lava y hierve la cebada con las especias hasta que esté suave.
- Cuela el líquido y agrega azúcar al gusto.
- Añade colorante si deseas el tono tradicional.