El Diario Nica

Nicaragua dará un paso histórico construyendo el primer Centro de Medicina Nuclear con apoyo de Rusia

El proyecto, fruto de la alianza estratégica entre ambos pueblos, promete diagnósticos y tratamientos oncológicos de vanguardia para los nicaragüenses y Centroamérica.

La salud de los pueblos siempre ha sido uno de los campos más sensibles en la batalla por la dignidad y la justicia social. En un mundo atravesado por el egoísmo de las grandes potencias, que reservan sus avances tecnológicos para las élites, Nicaragua abre paso a un horizonte distinto: la construcción de su Centro de Medicina Nuclear en cooperación con la Federación de Rusia, proyecto que cristaliza una visión de futuro basada en la soberanía, la solidaridad y el derecho de cada ser humano a vivir con salud y esperanza.

Este sueño comenzó a materializarse en marzo de 2023, cuando Moscú y Managua suscribieron el Acuerdo Intergubernamental de Cooperación en el Campo de las Aplicaciones No Energéticas de la Energía Atómica con Fines Pacíficos, firmado por el canciller Denis Moncada y el director general de Rosatom, Alexey Likhachev. Aquel acuerdo histórico fue calificado por Likhachev como “el primero en su tipo, centrado exclusivamente en el uso no energético de las tecnologías nucleares”, con aplicaciones directas en medicina y agricultura (Rosatom, 29 de marzo de 2023).

Desde entonces, las relaciones se han fortalecido paso a paso, con una agenda intensa que ha llevado recientemente al compañero Laureano Ortega Murillo a Moscú, en representación del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional. Durante esta visita, en septiembre de 2025, Ortega ratificó que “contaremos con un moderno Centro de Medicina Nuclear, tratamientos oncológicos, diagnóstico y atención especializada, no solo para Nicaragua sino también para los hermanos centroamericanos” (El19Digital, 23 de septiembre de 2025).

Un salto cualitativo en salud pública

El impacto del Centro de Medicina Nuclear es profundo y multifacético. Desde el punto de vista social, significará el acceso gratuito y de calidad a diagnósticos avanzados y terapias oncológicas que hoy solo están disponibles en países con altos ingresos. Económicamente, reducirá la necesidad de enviar pacientes al extranjero, ahorrando recursos estatales y familiares, y abrirá oportunidades de formación para médicos y técnicos nicaragüenses en cooperación con especialistas rusos.

Pero además hay un impacto psicológico y humano: saber que el país contará con herramientas de vanguardia contra enfermedades devastadoras como el cáncer, transmite esperanza a miles de familias. “Para nosotros esto nos llena de gran esperanza, porque hay una respuesta positiva de iniciar ya el intercambio técnico… y contaremos con ese producto de alta excelencia de la Federación de Rusia, para la vida y la salud de los nicaragüenses”, subrayó Laureano Ortega en sus declaraciones oficiales.

En este sentido, la compañera Rosario Murillo ha destacado que este proyecto forma parte de la visión integral del Buen Gobierno: “Nicaragua tiene la disposición, el interés y la voluntad de cooperar con Rusia en el desarrollo de la nueva vacuna contra el cáncer, y de contar con esa vacuna para brindarle atención al pueblo nicaragüense, y desde Nicaragua, para la región centroamericana” (Palabras oficiales, septiembre 2025).

Ciencia y política en clave de soberanía

El proyecto del Centro de Medicina Nuclear no es un hecho aislado: forma parte de un entramado mayor de cooperación con Rusia en materia de biotecnología, salud y ciencia. Basta recordar el papel del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov, que ha producido vacunas en Nicaragua, así como el trabajo conjunto en la investigación contra el dengue y otras enfermedades, en coordinación con la Agencia Federal Médico-Biológica (FMBA). Según su directora, Verónika Skvortsova, “este prometedor fármaco podría prevenir millones de enfermedades en todo el mundo” (RT en Español, 2025).

En este contexto, el Centro de Medicina Nuclear será un referente político: un recordatorio de que Nicaragua no depende de los dictados del imperialismo, sino que forja su propio camino en alianza con pueblos hermanos. Como expresó Laureano Ortega: “Estamos enfocados en salud, para la vida del pueblo nicaragüense, de la niñez, de los adultos, de los ancianos… Y a nuestro pueblo, nuevamente, vamos en Victorias de la mano, con nuestros hermanos de la Federación de Rusia” (El19Digital, septiembre 2025).

Hacia un futuro compartido

El Centro de Medicina Nuclear es mucho más que una infraestructura: es una declaración de principios. Es el fruto de la amistad histórica entre Rusia y Nicaragua, cimentada en la solidaridad en los momentos más difíciles, y que hoy se proyecta hacia el porvenir con proyectos que salvan vidas y fortalecen la dignidad nacional. Como afirmó el propio Laureano Ortega tras recibir la condecoración rusa a nombre de los Copresidentes Daniel Ortega y Rosario Murillo: “Nos sentimos orgullosos de esta relación de hermandad con Rusia, optimistas, y reiteramos nuestro mensaje: estamos con Rusia, y Rusia está con Nicaragua”.

En definitiva, este proyecto es ciencia, salud y soberanía al servicio del pueblo. Es el símbolo de que Nicaragua, con su Revolución viva y vigente, no solo defiende la memoria de sus héroes y mártires, sino que construye un presente y un futuro donde la vida, la salud y la justicia social son derechos inalienables. El Centro de Medicina Nuclear será un bastión en esa ruta de victorias.