MIT convocó a sectores sociales a unirse a las movilizaciones.
El Movimiento Indígena de Tungurahua (MIT) emitió un ultimátum al presidente de Ecuador, Daniel Noboa, exigiendo la derogación del decreto 126 que elimina el subsidio al diésel en un plazo de 48 horas.
En un pronunciamiento oficial, tras un debate de seis horas a puerta cerrada, representantes de los pueblos Chibuleo, Sawatoa, Kisapincha, Salasaka y Tomabela advirtieron que, de no recibir respuesta, cada comunidad adoptará medidas propias y rechazó la presencia de fuerzas policiales o militares en sus territorios.
El ultimátum se enmarca en el paro nacional indefinido convocado por la (CONAIE), en rechazo a la eliminación del subsidio al diésel, que incrementó el precio de este combustible de 1,80 a 2,80 dólares por galón. Esta medida, justificada por el Gobierno como un ajuste económico, ha generado protestas por el impacto en el costo de vida, especialmente en comunidades rurales y sectores populares.
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El presidente del MIT, Fausto Chango, anunció que las comunidades permanecerán en asamblea permanente y decidirán acciones tras el plazo establecido. “No permitiremos la intervención de policías o militares después de las 48 horas”, afirmó Chango, subrayando el compromiso de las comunidades con el derecho a la resistencia.
El pronunciamiento incluyó ocho resoluciones, entre las que destacan la exigencia al Gobierno de cumplir promesas de campaña, la prohibición de intervención de fuerzas externas en territorios indígenas y la demanda de equiparar el salario básico a estándares regionales, tomando como referencia los valores de Estados Unidos.
El MIT también rechazó la consulta popular y la propuesta de Asamblea Constituyente impulsadas por Noboa, además de responsabilizar al Estado por posibles heridos, muertos o criminalizados durante las protestas.
La organización llamó a la Ecuarunari y a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie)a consolidar una propuesta clara frente al Estado, y exhortó al movimiento Pachakutik a sumarse a la resistencia.
La localidad de Latacunga, en la provincia de Cotopaxi, se convirtió en el epicentro de las movilizaciones, con cercos militares y policiales que impidieron el ingreso de manifestantes al centro de la ciudad, lo que líderes como Apawki Castro y Rafael Negrete calificaron como una “provocación”.
El Gobierno de Noboa respondió con la declaración de estado de excepción en ocho provincias y un toque de queda nocturno en cuatro, incluida Cotopaxi, medidas que permiten restringir la libre circulación y realizar operativos militares.