La avaricia por el dinero tiene sentada en el banquillo a Estefanny Carolina Suárez Martínez, acusada por el Ministerio Público del delito de hurto por medios informáticos; luego de un desfalco a la empresa Little Ceasars, en Nicaragua; que asciende a casi dos millones de córdobas.
De acuerdo con la acusación, el fraude se extendió desde enero de 2022 hasta noviembre de 2024, en complicidad con Jeffrey José Cortés Olivas, contador general, y Joel Emilio Cabrera Oregón, gestor de instalaciones, quienes actualmente se encuentran prófugos de la justicia. Según el expediente judicial, los implicados simularon pagos por vacaciones, combustible e impuestos municipales que nunca existieron; pero que registraban como operaciones legítimas dentro del sistema contable de la empresa.
En la lectura de cargos, la representante del Ministerio Público expresó: “Los acusados, valiéndose de su posición de confianza, desviaron de manera fraudulenta los fondos de la empresa hacia cuentas personales; ocasionando un grave perjuicio económico y quebrantando la seguridad del sistema financiero”. El rol de Suárez, según la Fiscalía, fue encubrir los movimientos ilícitos que sus compañeros ejecutaban en Little Caesars, mientras uno manipulaba los registros y el otro realizaba las transferencias bancarias. Esta coordinación permitió sostener el esquema durante casi tres años; hasta ser detectado por las auditorías internas.
Un trabajador de la empresa, con conocimiento del caso, manifestó que estas irregularidades no solo afectaron a la compañía; sino que también minaron la confianza entre sus colaboradores. Ahora, será el juez Wilfredo Ramírez Lacayo quien analice las pruebas y testimonios para emitir un fallo.
Mientras tanto, las autoridades mantienen activa la búsqueda de los otros dos señalados como coautores directos del millonario fraude a Little Caesars. Finalmente, será la justicia la que determine la responsabilidad de los implicados y las sanciones que correspondan.