La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió un llamado urgente a reforzar la vacunación y los sistemas de vigilancia en la región de las Américas, ante el resurgimiento de la tosferina, una enfermedad respiratoria altamente contagiosa, y la preocupante aparición de cepas resistentes a los antibióticos.
Pilar Ramón-Pardo, jefa del Programa Especial de Resistencia Antimicrobiana de la OPS, advirtió que “la vacunación, la vigilancia y el uso responsable de antibióticos son fundamentales para evitar que la tosferina vuelva a convertirse en una amenaza grave de salud pública”.
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Aún hay tiempo para contener el problema, pero es imperativo actuar. La OPS instó a aumentar la cobertura vacunal, fortalecer la detección temprana y mejorar la capacidad de respuesta ante brotes epidémicos.
Uno de los retos más importantes es que el tratamiento estándar de la tosferina depende de antibióticos macrólidos como la azitromicina, claritromicina y eritromicina.
No obstante, mutaciones genéticas en la bacteria Bordetella pertussis, particularmente en el gen 23S rRNA, están reduciendo la eficacia terapéutica, dificultando tanto el tratamiento de pacientes como la prevención en sus contactos.
El uso excesivo e inadecuado de antibióticos durante la pandemia de COVID-19 podría haber acelerado el desarrollo de estas cepas resistentes.
Desde 2024, se han reportado casos de resistencia en Brasil, México, Estados Unidos y Perú; con un alarmante incremento de 4.139 casos en 2023 a 43.751 en 2024 y en 2025, ya se registraron más de 18.595 casos y 128 muertes en solo siete meses, lo que se relaciona directamente con la disminución de las tasas de vacunación.
La OPS recomienda fortalecer el diagnóstico, capacitar al personal de salud, mantener coberturas vacunales elevadas y establecer sistemas de vigilancia activos y estandarizados. La tosferina puede causar complicaciones graves e incluso la muerte, especialmente en lactantes, el grupo más vulnerable.