Erik y Lyle Menéndez, los hermanos condenados por el asesinato de sus padres en 1989 en Beverly Hills, se encuentran más cerca de recuperar su libertad que nunca. Tras pasar casi 30 años en prisión, ambos serán evaluados esta semana para una posible libertad condicional.
La oportunidad surge luego de que un juez de Los Ángeles redujera en mayo de 2025 sus sentencias a 50 años, lo que los hace automáticamente elegibles para la libertad condicional bajo la ley de California, debido a que cometieron el parricidio siendo menores de 26 años.
Erik y Lyle Menéndez dispararon contra sus padres José y Kitty Menéndez en su mansión cuando tenían 18 y 21 años respectivamente. La defensa sostiene que actuaron en defensa propia, respaldando su argumento con pruebas recientes de abuso sexual por parte del padre. Por otro lado, la fiscalía mantiene que el crimen tuvo motivaciones económicas, buscando obtener la multimillonaria herencia de sus padres.
La evaluación será individual y realizada por un panel de dos o tres oficiales designados por el gobernador de California. La audiencia de Erik se realizará la mañana de este jueves, mientras que la de Lyle está programada para el viernes. Incluso si se aprueba la libertad condicional, los hermanos podrían tardar varios meses antes de salir oficialmente de prisión.
Este caso, que conmocionó a Estados Unidos en la década de los 90, sigue generando debate sobre justicia, abuso familiar y la posibilidad de reintegración tras crímenes tan notorios. La decisión del panel podría marcar un nuevo capítulo en la vida de los Menéndez y reavivar la atención mediática sobre uno de los casos criminales más recordados del país.