El fresco de calala, también conocido como jugo de maracuyá, es una bebida típica de Nicaragua que se disfruta especialmente en los días calurosos. Su sabor único, que equilibra lo ácido y lo dulce, lo convierte en una opción ideal para compartir en familia o con amigos.
La calala es una fruta tropical de cáscara gruesa y pulpa jugosa, conocida en otros países como maracuyá o parcha. Crece en plantas trepadoras y es muy apreciada por su aroma y sabor exótico.
La receta puede variar, pero aquí te presento una versión popular y deliciosa:
- Extraer la pulpa: Parte las calalas maduras por la mitad y saca la pulpa con una cuchara. Cuélala para obtener el jugo.
- Licuar las semillas: Las semillas también contienen jugo. Se licúan y se cuelan para aprovechar al máximo la fruta.
- Cocinar las cáscaras: Hierve las cáscaras con clavos de olor, canela y pimienta dulce hasta que estén blandas.
- Licuado final: Licúa las cáscaras cocidas con el caldo de cocción y azúcar al gusto. Cuela la mezcla.
- Mezclar y servir: Agrega el jugo de la pulpa y semillas, diluye con agua, ajusta el dulzor y sirve con hielo. Puedes decorar con rodajas de limón o hojas de menta.
Más que una bebida, el fresco de calala es una expresión de la riqueza natural y cultural de Nicaragua. Su preparación artesanal y el uso de ingredientes locales lo convierten en un símbolo de identidad gastronómica.