La actriz Kelley Mack, reconocida por su participación en la serie postapocalíptica “The Walking Dead”, falleció el sábado en su ciudad natal, Cincinnati, a los 33 años, tras una lucha contra un glioma del sistema nervioso central, un tipo de tumor cerebral. Nacida como Kelley Klebenow, la artista “partió en paz”, según un comunicado publicado en CaringBridge.
La noticia también fue compartida en su cuenta de Instagram, donde se expresó; “Con una tristeza imborrable anunciamos el fallecimiento de nuestra querida Kelley. Una luz tan brillante ha trascendido”. Compañeros, amigos y seguidores han expresado sus condolencias, destacando su talento y su alma dulce. La actriz Alanna Masterson, compañera en The Walking Dead, escribió: “Qué ser humano tan increíble. Orgullosa de haber luchado a su lado en nuestro último episodio”.
A lo largo de su carrera, Mack acumuló 35 créditos como actriz y cinco como productora. Fue ampliamente reconocida por su papel de Addy en la temporada 9 de The Walking Dead, y por interpretar a Penelope Jacobs en Chicago Med y 9-1-1. También incursionó en la publicidad y el doblaje, participando en anuncios de Dr. Pepper, Dairy Queen y Chick-fil-A. Su amor por el arte comenzó de niña, al recibir una videocámara como regalo. Estudió en Chapman University, donde se graduó en cinematografía.
La actriz deja un legado de creatividad, calidez y dedicación. Le sobreviven sus padres, hermanos, abuelos y su novio, Logan Lanier. “Kelley será recordada por su espíritu vibrante y su pasión por el cine y la televisión. Su legado vivirá en quienes la amaron y admiraron”, concluye el comunicado.