El Diario Nica

China lidera revolución verde en la industria tecnológica

La acumulación de residuos electrónicos es una preocupación global creciente.

Un equipo de investigación de China, desarrolló recientemente un innovador material bioreciclable destinado a la fabricación de productos electrónicos, ofreciendo una alternativa sostenible que podría transformar el ciclo de vida de los dispositivos y reducir el impacto ambiental de esta industria.

Se estima que, solo en 2022, se generaron aproximadamente 62.000 millones de kilogramos de desechos electrónicos a nivel mundial, de los cuales solo el 22,3 por ciento fue reciclado de manera ambientalmente segura, según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

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Frente a este panorama, los métodos tradicionales de reciclaje aún enfrentan obstáculos como la pérdida de rendimiento de los materiales reutilizados; el alto consumo energético y la necesidad de condiciones extremas o productos químicos nocivos.

Para abordar estos desafíos, un equipo liderado por Yu Shuhong, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, diseñó una película dieléctrica compuesta a base de celulosa, ampliamente utilizada en componentes electrónicos. El proceso integra dos estrategias: biofabricación y degradación enzimática.

Según el estudio publicado en Nature Sustainability, la biofabricación convierte glucosa y bloques funcionales en materiales compuestos funcionales de celulosa. A su vez, la degradación enzimática permite reciclar la celulosa de vuelta a glucosa sin afectar otros componentes; permitiendo un proceso de reciclaje limpio, de bajo impacto y eficiente.

Además, ambos procesos se realizan a temperaturas y presiones moderadas, sin recurrir a químicos tóxicos, lo que permite establecer un verdadero ciclo cerrado de producción y reutilización sin comprometer la calidad del material reciclado.

Además, los dispositivos fabricados con este material presentan menores pérdidas de transmisión de señal en comparación con los sustratos tradicionales de resina epoxi. Y lo más destacable: todo esto se logra sin elevar los costos de producción; lo que lo convierte en una opción realista para su adopción industrial.

Este avance representa un paso clave hacia una electrónica más responsable y sostenible, y podría marcar el inicio de una nueva era en la producción tecnológica global.