Un terremoto de magnitud 8,8 sacudió este martes la península de Kamchatka, en el Lejano Oriente ruso, convirtiéndose en uno de los más potentes registrados en la región desde 1952. El sismo, ocurrido a una profundidad de 20,7 kilómetros, activó alertas de tsunami en todo el Océano Pacífico, desde Japón hasta América Latina, y provocó evacuaciones masivas en zonas costeras.
Uno de los momentos más impactantes fue captado en video desde la isla de Antsíferov, en la provincia de Sajalín, donde decenas de leones marinos de Steller fueron vistos huyendo del desastre natural. Las imágenes muestran cómo los animales, presas del pánico, se lanzan al mar mientras rocas caen desde los acantilados, en lo que parece ser una reacción instintiva ante el movimiento telúrico2.
La isla de Antsíferov es conocida por ser hábitat de esta especie de león marino, considerada “casi amenazada” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Su reacción ha reavivado el debate sobre la capacidad de los animales para detectar desastres naturales antes que los humanos, un fenómeno observado también en otros eventos sísmicos y volcánicos3.
Mientras tanto, las autoridades rusas evacuaron a más de 2.000 personas en Severo-Kurilsk, donde el tsunami inundó el puerto y una planta pesquera. En Japón, cerca de dos millones de personas fueron evacuadas, y se reportó la muerte de una mujer durante el proceso. Las olas alcanzaron hasta cuatro metros en algunas zonas, y se registraron réplicas de hasta magnitud 6,94.
Aunque la alerta de tsunami fue levantada horas después, expertos advierten que podrían continuar las réplicas en los próximos días. El evento ha sido catalogado como el octavo más fuerte del mundo desde que existen registros instrumentales, y ha dejado una huella no solo en las comunidades humanas, sino también en la vida silvestre que habita esta zona sísmicamente activa6.