El Diario Nica

Telica: Un volcán vivo que reta al senderista

El cráter del volcán Telica mide 700 metros. Es el volcán más activo de la zona. (Imagen de archivo de 2014)

A poco más de 100 kilómetros de Managua, se alza Telica, uno de los volcanes más activos y misteriosos de Nicaragua. Su silueta humeante advierte desde la distancia la fuerza latente que descansa bajo sus paredes negras, vestigio de antiguas erupciones que marcaron el paisaje y le dieron nombre: “Tlillican”, que en náhuatl significa “Lugar Negro”.

Aunque su última erupción registrada ocurrió en 1948, Telica permanece activo, y su cráter suele emitir columnas de humo visibles desde varios puntos del occidente del país. El recorrido hasta la cima, aunque largo, no presenta una dificultad extrema. Subir y descender puede tomar un día completo, una jornada que mezcla esfuerzo físico con recompensas visuales incomparables.

Los senderistas cruzan primero un valle cubierto de pasto, árboles y formaciones rocosas, antes de enfrentar la vista imponente del cráter abierto. Al llegar, es posible caminar en el borde y, al caer el sol, observar la lava burbujeante en el fondo, a menos de 120 metros de profundidad.

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Este coloso limita al norte con Chinandega y Villanueva, al sur con León, al este con Larreynaga y al oeste con Quezalguaque y Posoltega. Forma parte de la cadena volcánica que se extiende hacia el sur del país, alineando gigantes como el Momotombo, el San Cristóbal y otros guardianes dormidos o aún activos.

Para llegar, el viajero debe tomar una unidad de transporte en la terminal ubicada frente a la Universidad Casimiro sotelo o en el Mercado Israel Lewites, ambas en Managua. Desde León, se aborda otro vehículo con destino al municipio de Telica. Quienes opten por vehículo privado deben seguir la carretera León-Chinandega hasta el kilómetro 102.

Se recomienda contratar a un guía local, especialmente si se planea pernoctar cerca del cráter. La travesía exige preparación: agua suficiente, bloqueador solar, alimentos y disposición para enfrentar el polvo característico de la temporada seca.

Telica no solo ofrece una vista panorámica impresionante, sino una experiencia cargada de adrenalina, historia y conexión profunda con las entrañas vivas de la tierra nicaragüense.