Una niña de 8 años, residente de la ciudad de Yangzhou; China, pasó más de un mes vomitando gusanos vivos sin que ningún tratamiento médico lograra detener los síntomas. A pesar de recibir atención de varios especialistas y consumir medicamentos antiparasitarios, la situación continuaba sin explicación.
Según relataron los padres, los vómitos ocurrían con frecuencia y expulsaban entre uno y cinco parásitos por vez. Al ver que los síntomas no cedían; el padre acudió al Hospital de Mujeres y Niños de Yangzhou con un vaso que contenía los insectos. Estos medían cerca de un centímetro y estaban vivos.
El equipo médico, junto con especialistas del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) local, determinó que los supuestos “gusanos” eran en realidad larvas de mosca del drenaje (Psychodidae), también conocidas como moscas del baño o moscas polilla.
Estas larvas se desarrollan en zonas húmedas y con poca higiene como tuberías, lavabos e inodoros. Según los expertos, la menor pudo haberlas ingerido al lavarse los dientes con agua contaminada o por salpicaduras del inodoro.
Aunque estas moscas no chupan sangre ni pican, sus cuerpos están cubiertos de microvellosidades que pueden albergar bacterias peligrosas. Por eso, se recomienda evitar el contacto directo, no aplastarlas con las manos y mantener áreas húmedas siempre limpias y secas.
Este caso ha generado alerta sobre la importancia de la higiene en baños y cocinas, especialmente en hogares con niños.