El interés por el litio, conocido como el ‘oro blanco’, se ha disparado drásticamente en los últimos años.
China se convertirá el próximo año en el líder mundial de la producción de litio, elemento clave en la fabricación de baterías para coches eléctricos y diversos dispositivos, pronostica la consultora Fastmarkets.
La compañía predice que el gigante asiático desbancará a Australia del primer puesto en el ‘top’ de los mineros de este metal, ocupado por el país austral desde 2017, y seguirá aumentando su producción hasta 2035.
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En detalle, Fastmarkets pronostica que las compañías chinas extraerán entre 8.000 y 10.000 toneladas métricas de litio más que las empresas australianas en 2026.
En lo que respecta a 2035, se espera que China extraiga 900.000 toneladas métricas de litio frente a las 680.000 toneladas de Australia, seguidas por Chile, con 435.000, y Argentina, con 380.000.

Esto se debe a varios factores:
- Apoyo estatal: muchas empresas chinas de litio operan incluso sin ser rentables, gracias al respaldo del gobierno.
- Estrategia a largo plazo: China planea aumentar su producción hasta alcanzar las 900,000 toneladas métricas en 2035, por encima de las 680,000 de Australia.
- Demanda creciente: el litio es esencial para baterías de autos eléctricos y dispositivos electrónicos, sectores en plena expansión.
En ese contexto, el gigante asiático sigue siendo el líder en el ámbito de producción de más de la mitad de los minerales que el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés) califica de críticos. «China tiene una estrategia muy clara para desarrollar sus recursos minerales», subraya Lusty.
Aunque se produce comercialmente desde 1923 y ha tenido usos en medicina, construcción e industria en general, su interés en la actualidad radica en su importancia para fabricar las baterías eléctricas necesarias para teléfonos celulares, placas solares y electromovilidad (vehículos eléctricos), como parte de la transición energética que busca impulsar las alternativas a los combustibles fósiles.
En resumen, más que una carrera minera, es una jugada estratégica para dominar la cadena de suministro de tecnologías limpias.