Cómo la escalada entre Israel e Irán podría afectar la economía mundial. Si el conflicto se prolonga, podría afectar el precio de los carburantes, la inflación, los tipos de interés y el suministro de materias primas clave para Europa.
Irán, cuarto país con reservas de petróleo en el mundo y el segundo país con reservas de gas natural podría convertirse para la economía global en un evento más destructivo que la pandemia de covid-19 o cualquier otra crisis de las últimas décadas.
Teniendo en cuenta que una fuerte subida de los precios mundiales del petróleo y el gas representa la principal amenaza para la economía mundial, se observa que, tras cinco días desde el inicio de la actual escalada entre Tel Aviv y Teherán, su coste sí ha mostrado tendencias en alza, pero sin alanzar unos niveles alarmantes.
El ataque provocado contra las instalaciones nucleares iraníes en la noche de 12 a 13 de junio hizo que los futuros del petróleo Brent en la bolsa ICE Futures de Londres subieron el 13,18 %, alcanzando los 78,5 dólares por barril, su nivel más alto desde enero de 2025.
No obstante, para este lunes, las cotizaciones ya habían caído por debajo de los 74 dólares, lo que está «muy lejos» de los máximos históricos registrados durante de la crisis financiera mundial de 2008, cuando en julio el precio de Brent alcanzó los 143,95 dólares por barril.

Si Irán cierra los estrechos estratégicos de Ormuz, que conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán, y de Bab el-Mandeb, que conecta el mar Rojo con el golfo de Adén del mar Arábigo, las consecuencias serían «inmediatas y catastróficas». Es que por esta ruta clave pasa más de 20 % del petróleo mundial.
Un analista opina que este escenario es poco probable, ya que amenaza directamente los intereses económicos de los países árabes de la región, «muy importantes para Teherán como aliados tácticos en la guerra contra Israel».
Irán, podría destruir los yacimientos de gas israelíes y atacar las instalaciones petroleras en el vecino Irak, mientras que Israel apuntaría contra los yacimientos y refinerías de petróleo iraníes, así como contra su infraestructura de gas.
«Sin embargo, es probable que ninguna de las partes pueda inutilizar por completo la infraestructura energética del enemigo», evalúa.
Los transportistas podrían empezar a evitar la zona, eligiendo rutas más largas y costosas, lo cual es muy posible si la actual fase crítica del conflicto armado entre Irán e Israel se prolonga más de un par de semanas. Las rutas de suministro alternativas incrementarán los costos y, con ellos, la inflación global.
En conclusión, la escalada en Oriente Medio, con la participación de nuevos Estados y en el contexto de la incertidumbre generada por las guerras arancelarias de Donald Trump, amenaza con ralentizar aún más el crecimiento de la economía mundial.