Las tierras fértiles de Masaya, propicias para diversos cultivos, han permitido que cada vez más familias del municipio de Tisma se dediquen a la producción de plátano y cítricos, generando ingresos que sostienen su economía familiar.
Un ejemplo de esta labor productiva es la finca “Génesis”, ubicada en Tisma, donde una familia cultiva plátanos en 20 manzanas de terreno, consolidando una experiencia exitosa en el sector agrícola.
“Actualmente tenemos 10 manzanas en cosecha y 10 en desarrollo. Gracias a Dios, hemos recibido financiamiento del gobierno, lo que nos ha permitido seguir creciendo. Esta siembra es de la variedad Censa ¾, con la que ya llevamos 20 años trabajando. El clima y el suelo de la zona son ideales para este tipo de plátano, y gracias al manejo adecuado del cultivo, hemos obtenido una buena cosecha. Aunque este es nuestro primer año en esta finca, también contamos con otra propiedad dedicada a la producción de plátanos”, expresó Lucila Elizabeth Miranda Gómez.




Destacó que han contado con el acompañamiento y seguimiento de diversas instituciones, lo que ha permitido avanzar en los cultivos y perfeccionar las técnicas de producción. “Hemos mejorado el sistema de riego por goteo, ahora con sistema eléctrico, y contamos con más maquinaria para trabajar en las áreas de cosecha”, indicó.
Agregó que comercializan su producción en Estelí, León y Masaya, donde los compradores llegan directamente al campo para abastecerse desde la finca.Gómez señaló que las racimas tienen un promedio de 40 dedos de primera calidad. Actualmente, cada unidad se comercializa a un precio accesible de 8 córdobas.
Durante el recorrido también se visitó a la familia Vargas Vallejos, ubicada en el barrio La Concha de Santa Cruz, Tisma, quienes se dedican al cultivo de cítricos.
“Nos especializamos en el cultivo de cítricos como limón agrio y limón tahití, y además trabajamos con cerdas parideras”, compartió Claudia Traña.
Comentó que cuentan con entre 2 y 3 manzanas cultivadas, con aproximadamente 1,000 plantas, de las cuales obtienen producción con tres cortes semanales. En cada jornada logran recolectar entre 3 y 7 canastos, con un promedio de 1,500 a 2,000 limones por canasto. Toda la producción es entregada a un comprador fijo en el departamento de Masaya.




“La idea fue de mi suegra. Ellos comenzaron cultivando plátanos y luego ella tuvo la iniciativa de sembrar limón, y de eso vivimos actualmente. En invierno la producción aumenta, pero el precio baja; por ejemplo, el ciento se vende entre 60 y 80 córdobas. En verano hay menos producción, pero el precio sube”, explicó.
Ambas familias coincidieron en que el acompañamiento de instituciones como el INTA ha sido clave para mejorar sus cultivos y garantizar una producción más eficiente.