Su mandato durará cinco años.
El candidato del Partido Demócrata de Corea del Sur, Lee Jae-myung, ganó las elecciones presidenciales del país, tras el 100 por ciento de votos escrutados, recibiendo el 49,42 por ciento de los votos.
El nuevo presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, declaró que su Administración reforzará los lazos con EE.UU. y Japón, mientras que las relaciones con los países vecinos se guiarán por un enfoque pragmático acorde con los intereses nacionales.
Lee Jae-myung, candidato del liberal Partido Demócrata, ganó las presidenciales anticipadas en Corea del Sur con el 49,42 % de los votos. Los comicios fueron convocados tras la destitución de Yoon Suk-yeol por haber impuesto brevemente la ley marcial el pasado mes de diciembre. Según datos del máximo árbitro electoral, la participación en las elecciones presidenciales alcanzó el 79,4 %, lo que representa la más alta en 28 años.
«A través de una diplomacia pragmática centrada en los intereses nacionales, convertiremos la crisis de la gran transformación del entorno económico y de seguridad mundial en una oportunidad para maximizar los intereses nacionales», afirmó el nuevo mandatario surcoreano durante la ceremonia de su investidura.
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Asimismo, el mandatario hizo hincapié en la necesidad de que el país «vuelva a crecer y desarrollarse vigorosamente». «Un crecimiento justo que cree nuevos motores de crecimiento y comparta las oportunidades y los resultados del mismo abrirá la puerta a un mundo mejor», dijo.
En lo relacionado a la política interna del país asiático, Lee Jae-myung, prometió resolver los conflictos y restablecer la situación económica. «Seré un presidente que acabe con la política de división», dijo Lee, recalcando que superará «la crisis utilizando la unidad nacional como fuerza motriz».
Durante su campaña electoral, el político liberal se comprometió a poner en marcha en el ámbito de seguridad una diplomacia «pragmática» ante las transformaciones del orden global y, particularmente, en la política exterior surcoreana hacia Rusia y China. Lee también reafirmó la importancia de los lazos entre Seúl y Washington, si bien estima que la diplomacia con otras grandes potencias, como Pekín y Moscú, debía manejarse con prudencia.