Este avance responde a la creciente conectividad aérea y al interés mutuo por profundizar relaciones económicas y culturales.
En un movimiento sin precedentes que marca un nuevo capítulo en las relaciones entre China y América Latina, el gigante asiático comenzó a implementar una política piloto que elimina el requisito de visado para ciudadanos de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay.
La medida, que estará vigente hasta el 31 de mayo de 2026, permitirá a los portadores de pasaportes ordinarios de estos cinco países ingresar a China por hasta 30 días sin necesidad de visa, ya sea por negocios, turismo, visitas familiares, intercambios culturales o tránsito.
Se trata de la primera vez que China extiende este tipo de beneficio a países de América Latina y el Caribe, consolidando su compromiso con una apertura de alto nivel. Con esta decisión, ya son 43 las naciones que cuentan con entrada unilateral sin visado al país asiático.
La nueva política es parte de una estrategia más amplia para facilitar la movilidad internacional y profundizar los vínculos económicos y culturales con otras regiones del mundo. Este acercamiento también ha sido respaldado por mejoras en la conectividad aérea: en 2024, se inauguró el vuelo directo entre Ciudad de México y Shenzhen, que con más de 14.000 kilómetros se convirtió en la ruta directa de pasajeros más larga de China.
Otras rutas como Beijing-Madrid-São Paulo, Beijing-Madrid-La Habana y Beijing-Tijuana-Ciudad de México también han sido clave para fortalecer los lazos con América Latina.
La noticia fue recibida con entusiasmo por ciudadanos latinoamericanos que viven en China. “Con esta política sin visado será mucho más fácil que mis padres nos visiten. Anhelo recibirlos aquí”, expresó Carolina Araya, chilena y profesora de español en la Universidad de Estudios Internacionales de Anhui.
Desde el ámbito académico y diplomático también hay optimismo. Carola Ramón, del Consejo Argentino para las Relaciones Exteriores, aseguró que esta iniciativa “fortalecerá los lazos entre pueblos y ampliará los intercambios culturales, deportivos y educativos entre China y la región”.
En paralelo, los vínculos comerciales también muestran un crecimiento sostenido. El comercio bilateral entre China y América Latina se duplicó en la última década y superó los 500.000 millones de dólares en 2024. Productos como las cerezas chilenas y la carne argentina ganan cada vez más espacio en los hogares chinos, mientras que las exportaciones chinas —incluidos vehículos eléctricos— también se hacen populares en la región.
Desde finales de 2023, China ha puesto en marcha una serie de políticas que buscan facilitar la entrada de viajeros. Recientemente, amplió el acceso sin visado para ciudadanos de Arabia Saudí, Omán, Kuwait y Bahréin, y extendió a 240 horas el periodo de tránsito sin visa para visitantes de 54 países.
Estas medidas ya rinden frutos: en 2024, más de 3,39 millones de personas ingresaron a China bajo esta política, lo que representó un incremento del 1.200 % con respecto al año anterior.
“Estas políticas demuestran la determinación de China para promover una forma más dinámica, inclusiva y resiliente de globalización económica”, afirmó Yu Haibo, profesor de gestión turística en la Universidad de Nankai.
Con este giro estratégico, China no solo derriba barreras migratorias, sino que afianza su papel como socio clave para América Latina en un mundo cada vez más interconectado.