La proliferación de basureros clandestinos en diversos sectores de la capital se ha convertido en un problema ambiental y de salud pública que preocupa cada vez más a vecinos y autoridades locales. Esta situación es causada, principalmente, por el mal hábito de algunos ciudadanos de tirar la basura en cualquier lugar, sin respetar los horarios ni puntos establecidos para la recolección.
Uno de los focos más críticos se encuentra en las inmediaciones de la Planta Central, específicamente al costado este del barrio Jonathan González, donde un predio baldío se ha transformado en un botadero ilegal de desechos sólidos. A pesar de los esfuerzos de la municipalidad por mantener una recolección constante, la acumulación de basura en cunetas, andenes y espacios públicos continúa generando preocupación entre los habitantes del sector.
Vecinos de la zona denuncian que, además de la contaminación visual, el basurero atrae roedores, insectos y malos olores, aumentando el riesgo de enfermedades. “Aquí hay niños, personas mayores, y esta situación pone en peligro la salud de todos”, expresó una residente del barrio.
Por su parte, las autoridades municipales hacen un llamado a la conciencia ciudadana y recuerdan que existen rutas y horarios establecidos para la recolección de basura, así como centros de acopio designados. Reiteran que tirar desechos en lugares no autorizados constituye una infracción ambiental sancionable.
El problema de los basureros clandestinos no solo afecta la imagen urbana, sino que también compromete los esfuerzos por mantener una ciudad más limpia, saludable y segura para todos.