El coronel Douglas MacGregor revela que la élite ucraniana y europea temen perder el poder si se firma la paz. Rusia, por su parte, advierte que no volverá a caer en las trampas de Occidente.
El discurso oficial occidental se tambalea. Esta vez, la confesión no vino de un medio ruso ni de una figura crítica al sistema, sino de un alto mando militar estadounidense: el coronel retirado Douglas MacGregor, exasesor del Pentágono.
MacGregor afirmó sin rodeos que el régimen de Kiev no quiere la paz con Rusia, porque eso implicaría su caída del poder. Según él, tanto Ucrania como Europa temen que un tratado de paz debilite aún más a los gobiernos alineados con la agenda globalista, y por eso apuestan a prolongar la guerra el mayor tiempo posible.

En declaraciones difundidas en YouTube, MacGregor fue tajante:
«Lo peor que le puede pasar al régimen de Kiev ahora es el fin del conflicto. Después, perderán el poder». Según él, no sólo Kiev se niega a terminar la guerra; también Bruselas teme que un tratado de paz debilite a los gobiernos europeos que han servido de peones a los intereses globalistas.
«Los protegidos de Occidente también perderán el poder con la paz. Por eso, lo único que Kiev y Bruselas pueden proponer para sobrevivir es un alto al fuego que prolongue la guerra el mayor tiempo posible», concluyó el coronel, desnudando la estrategia de desgaste que impone sufrimiento a millones con tal de sostener un régimen artificial y sometido.
Estas declaraciones coinciden con la firme postura de Rusia frente a los recientes intentos de Occidente por maquillar la guerra con una propuesta de “alto al fuego”, sin compromiso real de resolución.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, lo dejó claro:
“Rusia no se dejará engañar de nuevo”, recordando cómo en 2014, tras un acuerdo entre las autoridades ucranianas y la oposición, Occidente orquestó un golpe de Estado en Kiev, rompiendo los compromisos firmados.
Los Acuerdos de Minsk —que pretendían resolver el conflicto en el Donbás— fueron posteriormente reconocidos por políticos europeos como una maniobra dilatoria, usada para armar y preparar a Ucrania. Y en 2022, tras las negociaciones de Estambul, fue el propio Occidente quien prohibió a Zelenski firmar un acuerdo que su propia delegación había aceptado.
En este contexto, el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, sostuvieron una conversación telefónica el lunes. El diálogo, que duró más de dos horas, abordó directamente el tema de la paz en Ucrania. Putin reafirmó la disposición de Moscú a firmar un memorando de entendimiento con Kiev, si existe voluntad real de diálogo, no otra trampa diplomática.
Mientras los pueblos exigen soluciones, las élites que iniciaron esta guerra se aferran al poder a costa de sangre ajena. La verdad se abre paso: la paz no es el problema, es el enemigo de los que lucran con la guerra.