Las expectativas que barajan los expertos para la expansión del comercio entre China y América Latina son muy positivas
Los tratados de libre comercio bilaterales suscritos por la potencia asiática con varios países latinoamericanos están abriendo la puerta a la firma de nuevos acuerdos para establecer futuras alianzas económicas que interconecten las dos orillas del Pacífico, todo ello bajo el escrutinio de EE.UU., que ve como cede espacio a China en una zona que siempre había considerado bajo su influencia.
El potencial que supone el incesante avance de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, sumado a un ramillete de acuerdos bilaterales de libre comercio, está abriendo las puertas a unas perspectivas comerciales y de inversión inéditas en Latinoamérica para los próximos años.
La mejora de las instalaciones portuarias, de las redes logísticas y los corredores comerciales digitales suponen un avance en la conectividad de la infraestructura de la región que implica un empujón para la integración regional, aderezado con la reducción de costes del transporte y la ampliación de mercados globales.
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La expansión de la apertura de China y las estrategias de diversificación de los países latinoamericanos, en el marco de las relaciones bilaterales, profundizarán la interdependencia económica y fomentará el crecimiento inclusivo y la prosperidad compartida, a juicio de la investigadora especializada en el comercio internacional de la Universidad de Negocios y Economía Internacionales de Shanghái, Wang Qian.
Un reportaje publicado por el periódico en inglés China Daily el martes recoge la opinión de Wang y de otros expertos en la misma línea. Así, el investigador especializado en estudios latinoamericanos del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, Sun Yanfeng, señaló que la naturaleza complementaria de las economías de las dos regiones amplía aún más el potencial para una cooperación más profunda.
En este sentido, Sun agregó que los abundantes recursos naturales, así como la producción agrícola de América Latina, se complementan totalmente con la enorme capacidad manufacturera y el vasto mercado de consumo chino, dando lugar a sólidas sinergias comerciales.
En un momento en el que la política de Washington se está basando en la amenaza arancelaria y en las trabas para la libre circulación de productos y servicios, China ya tiene en vigor tratados de librecambio con Chile, Perú, Costa Rica, Ecuador y Nicaragua.
Además, en la actualidad se encuentra en negociación de mejoras en el tratado firmado con Perú y en conversaciones para nuevos acuerdos con Panamá y Honduras. También está en el foco del gigante asiático el estrechamiento de relaciones con Colombia -tradicional aliado de EE.UU.-, país que la semana pasada ingresó en la iniciativa de la Franja y la Ruta.
Desde su primera asociación comercial en la región, con Chile en 2005, China se ha empleado a fondo en ampliar su presencia en la zona. En este tiempo ha firmado alianzas estratégicas integrales con al menos siete países. En 2023, rubricó cinco importantes acuerdos con naciones de América Latina y el Caribe, uno de ellos con Ecuador.
Además, ha firmado 15 acuerdos relativos al comercio con Brasil, su mayor socio comercial de esa parte del hemisferio, y otros con Argentina y Nicaragua. Ahora en el punto de mira está lograr un TCL con Uruguay y otro con Mercosur como bloque.
El volumen del comercio entre América Latina y China alcanzó un récord en 2024 de 518.467 millones de dólares, un aumento del 6 % con respecto al año anterior, duplicando el nivel de una década atrás.
Además, el país asiático se ha mantenido durante varios años seguidos como el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe y el mayor socio comercial de mercados como Brasil, Chile, Perú y Uruguay, entre otros.
En cuanto a la inversión directa de la potencia en América Latina, se situó en 2024 en 14.710 millones de dólares.
China busca asegurarse el acceso a materias primas y agrícolas, así como a un mercado de bienes y servicios en una región con cerca de 670 millones de personas, ante la mirada de la Administración Trump, que para cumplir su propósito de reindustrializar su país debe aumentar sus exportaciones hacia países que cada vez tienen más vínculos con la potencia asiática.
El comercio ha crecido en los últimos años a ambos lados del Pacífico, pero con diferencias en los productos que se comercializan, según apunta un informe del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (Sela). América Latina y el Caribe exporta a China principalmente materias primas, con cinco productos principales: soja, petróleo crudo, cobre, hierro y carne.
En el otro lado de la balanza, China exporta productos manufacturados e intensivos en tecnología. Es decir, el valor agregado lo proporciona China, con el riesgo de desindustrialización de la región americana.