El Diario Nica

Sebastián Caicedo revela: «Pensé en colgarme en mi finca»

Hoy, Sebastián Caicedo se define como un hombre de fe, comprometido con nuevos proyectos y felizmente casado con Juliana Díez y con Jesús. Desde esa paz interior y estabilidad emocional que ahora disfruta, el actor colombiano ha podido mirar hacia atrás y hablar, sin reservas, de uno de los momentos más oscuros y dolorosos de su vida. En una entrevista íntima para el programa Abre tu ventana con Alejo Baena, Caicedo abrió su corazón para relatar cómo la pandemia y su posterior separación de Carmen Villalobos, su primera esposa, lo llevaron a tocar fondo.

“Muchos se reinventaron en redes sociales, pero yo no sentía ese llamado. No soy de hacer bailes, eso no va conmigo. Compré una finca y me dediqué a sembrar árboles. Pero mi carrera se detuvo, comenzaron los problemas de pareja y ahí empezó mi peor desierto”, confesó. Caicedo se refugió en su finca, tratando de huir del dolor y de la presión pública. “Yo mismo me apagué. Profesional y personalmente me desmotivé. Tenía miedo de enfrentar al mundo cuando se supiera que mi relación había terminado. Me sentía señalado, juzgado, y caí en una fuerte depresión”.

Te puede interesar leer: Ozuna admite que Shakira lo “puso nervioso”

Con la noticia de su separación, surgieron todo tipo de rumores, incluso algunos que ponían en duda su orientación sexual. “Inventaron que tenía una doble vida, que era gay. Una tarotista llegó a decir que salía con alguien de mi familia. Fue absurdo. No encontraron culpables, así que empezaron a señalarme”. El actor admitió que llegó a tener pensamientos suicidas. “Pensé en colgarme de un árbol en mi finca. Lo tenía claro. Pero no lo hice por mi mamá. No podía pasarle ese dolor”. Hoy, Sebastián ha sanado. Encontró en Jesús la luz que necesitaba. “No importa cuán profundo caí, porque lo encontré a Él. Ahora tengo una paz que no cambio por nada. Mientras esté con Él, lo tengo todo”. Con su testimonio, Caicedo envía un mensaje poderoso: incluso en la oscuridad más profunda, siempre existe una salida. Siempre hay esperanza.