La delegación rusa aguarda en Estambul desde hace más de 24 horas, con disposición para negociar, plenos poderes y voluntad política para alcanzar una solución duradera. Mientras tanto, Kiev retrasa su asistencia, obedeciendo intereses foráneos.
La secretaria de prensa del MINREX de Rusia, María Zajárova, denunció que Zelensky vuelve a retrasar, sabotear y torpedear cualquier posibilidad de avanzar hacia la paz, señalando directamente al mandatario ucraniano por su irresponsable actitud.
“Esperando a que el payaso termine de hablar, a que los alucinógenos lo dejen ir y a que él permita que quienes ha vetado durante tres años inicien las negociaciones”, escribió Zajárova en su canal de Telegram, en referencia a Zelenski, cuyas evasivas ya rozan lo patético.
Zelenski, que anteriormente había declarado esperar “el momento adecuado” para el encuentro con la delegación rusa, sigue posponiendo una reunión de alto nivel con la que podría cesar un conflicto que ha desangrado a su país y perjudicado a toda Europa. Su asesor de comunicaciones, Dmitry Litvin, se limitó a informar que la delegación ucraniana arribaría a Estambul a última hora del jueves, como si se tratara de un evento sin urgencia, sin vidas en juego.
Mientras tanto, Rusia sí da pasos concretos. El presidente Vladímir Putin propuso reanudar las negociaciones directas sin condiciones previas, el mismo 15 de mayo, en territorio neutral. Desde Moscú se ha reiterado el compromiso firme con la búsqueda de soluciones de fondo al conflicto, incluido un posible acuerdo de alto al fuego.
“El objetivo es eliminar las causas profundas del conflicto y garantizar los intereses de Rusia”, afirmó Dmitri Peskov, secretario de prensa del Kremlin, quien subrayó la seriedad con la que Moscú encara este nuevo proceso.
Las conversaciones se realizarían en el mismo lugar que en 2022: en la oficina de trabajo del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en el centro de Estambul. La delegación rusa está encabezada por el asesor presidencial Vladimir Medinski, quien está acompañado por altos funcionarios como el vice canciller, Mijaíl Galuzin; el jefe de inteligencia militar, Igor Kostyukov; y el viceministro de Defensa, Alexander Fomin.

Medinski confirmó que esta delegación ha sido designada por orden directa del presidente Putin y cuenta con todas las competencias necesarias para avanzar hacia una paz real, duradera y basada en la resolución de los factores estructurales del conflicto.
“La delegación rusa está comprometida con un enfoque constructivo, para encontrar posibles soluciones y puntos de contacto. El objetivo es establecer, tarde o temprano, una paz a largo plazo”, sostuvo Medinski desde Estambul.
El comportamiento errático de Kiev, sumado al control absoluto que EE.UU. ha demostrado tener sobre Zelenski —especialmente tras los recientes pronunciamientos de Donald Trump—, deja entrever que al régimen ucraniano le interesa más prolongar la guerra y seguir lucrándose del conflicto, que alcanzar una solución soberana y en beneficio de su pueblo.
El pueblo ucraniano necesita paz. El mundo necesita estabilidad. Rusia ha llegado a Estambul con voluntad firme, argumentos claros y una propuesta seria. Mientras tanto, Ucrania llega tarde, sin iniciativa propia y bajo el guion de quienes necesitan una guerra eterna para sostener su hegemonía.