La MET Gala 2025, celebrada este lunes en el Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Arte, volvió a consolidarse como el evento más prestigioso, exclusivo y esperado del calendario de la moda internacional. Bajo una atmósfera de lujo y vanguardia, las celebridades más influyentes del mundo del entretenimiento, el arte, la música y la moda se dieron cita para desfilar por la icónica alfombra roja del Met.
Como es tradición, la gala marcó la apertura de la nueva exposición del Costume Institute, y este año no fue la excepción en cuanto a su capacidad de deslumbrar e inspirar. El evento, conocido por su estricta política de acceso por invitación, reunió a un número limitado de figuras públicas que, además de su notoriedad, deben estar dispuestas a respetar y reinterpretar creativamente el tema anual propuesto por los organizadores.
Uno de los principales atractivos de la MET Gala es el desfile de atuendos espectaculares. Cada look es una declaración estética pensada para alinearse —o en algunos casos, romper deliberadamente— con el código de vestimenta oficial, lo que convierte la velada en una auténtica pasarela de arte en movimiento. Diseñadores de renombre internacional trabajan durante meses junto a las celebridades para crear piezas únicas que fusionan moda, concepto y espectáculo.
El derroche de creatividad fue protagonista en esta edición, con trajes que iban desde propuestas futuristas hasta referencias históricas reinterpretadas en clave contemporánea. Textiles innovadores, bordados hechos a mano, estructuras arquitectónicas y accesorios monumentales fueron parte de las apuestas más comentadas de la noche.
Aunque aún se sigue debatiendo en redes sociales quién logró los mejores looks y cuáles fueron las interpretaciones más fieles al tema de este año, la MET Gala 2025 volvió a demostrar por qué es considerada el evento más imponente de la industria de la moda, donde arte, cultura pop y diseño convergen en una noche inolvidable.
