Kaitlyn Dever no tenía idea de lo que le esperaba cuando leyó el guion de The Last of Us. “Pensé: ‘Esto es algo que no se ve en el juego’”; comentó en una entrevista con Vulture, revelando la sorpresa que le causó la adaptación de la famosa franquicia de videojuegos a la pantalla chica. Interpretar a Abby no solo le permitió explorar un personaje complejo, sino también desafiar su propia capacidad actoral. Desde el principio, Dever asumió la responsabilidad de retratar a Abby, un personaje que ha causado controversia tanto en el mundo virtual como en el televisivo. Uno de los mayores retos fue mantener en secreto su aparición hasta el segundo episodio de la segunda temporada. «Puedo hablar de esto, y eso es una gran noticia»; expresó la actriz al liberar la presión de ocultar detalles durante las entrevistas de prensa.
La serie presenta a Abby en un formato único: Dever tuvo que interpretar tanto a la versión joven como a la adulta, una decisión creativa del director Craig Mazin que añadió profundidad a la narración. “Es realmente importante ver este lado de ella”; explicó la actriz, refiriéndose a la importancia de la perspectiva emocional del personaje.
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La adaptación de la serie también se distingue del videojuego, especialmente en cómo construye la empatía hacia Abby. En el videojuego, el jugador alterna entre los puntos de vista de Abby y Ellie; pero la serie introduce elementos narrativos nuevos, como los sueños de Abby, para conectar emocionalmente con la audiencia. El proceso creativo de Dever estuvo marcado por un desafío personal; la pérdida de su madre, justo antes de rodar las escenas más dolorosas de su personaje. Este duelo se reflejó en su actuación, infundiendo vulnerabilidad y profundidad al papel de Abby. Más allá de The Last of Us, Dever sigue demostrando su versatilidad en la industria, con papeles en producciones como Vinagre de manzana y Booksmart, consolidándose como una de las actrices más destacadas de su generación.