El Barça se impuso 3-2 en una final intensa ante el Real Madrid, que tuvo todo y de todo.
Jules Koundé, el héroe inesperado, el defensa impasible y el secundario de Lamine Yamal, le regaló al Barcelona una Copa del Rey dramática en Sevilla, con un obús en el minuto 115, cuando ya se aventuraban los penaltis.
Fue una final marcada por contrastantes momentos, empezando por la polémica actuación institucional del Real Madrid, que afectó el desarrollo del partido. El VAR anuló en el último suspiro del tiempo regular un penalti que no fue, pero previamente no intervino en otros dos más claros, uno de ellos claro sobre Pau Cubarsí.
El Real Madrid estuvo completamente arrodillado, entregado y casi rendido en el primer tiempo. El Barça dominó completamente el juego, con una posesión abrumadora del 87% frente al 13% del Madrid. Sin embargo, a pesar de la superioridad, el equipo catalán no supo rematar el encuentro después de un golazo de Pedri.
La final fue una batalla épica que dejó al Madrid lamentando oportunidades perdidas, mientras que el Barça celebró su victoria en un duelo marcado por emociones, controversias y un desenlace inesperado.