Este jueves, culminó en Río de Janeiro la primera reunión oficial entre representantes de la sociedad civil y delegaciones gubernamentales del bloque. El encuentro tuvo lugar en la sede de la diplomacia brasileña, como parte del fortalecimiento de la participación popular en la construcción de una nueva arquitectura internacional.
La reunión, calificada como «histórica» por líderes sociales, forma parte del nuevo reglamento interno del grupo, aprobado en Kazán, Rusia, durante la reciente visita del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Según ese reglamento, toda reunión intergubernamental de los BRICS deberá incluir delegaciones de la sociedad civil organizada, lo que supone un giro hacia formas más democráticas y representativas de integración global.
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Entre los sectores presentes se encontraron movimientos sindicales, populares, organizaciones de mujeres, juventudes, emprendedores y parlamentarios, todos coordinados a nivel internacional para llevar una agenda común.
Uno de los referentes del encuentro, João Pedro Stedile, líder del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), subrayó que este paso consolida una dinámica participativa inédita en espacios multilaterales.
“Es de suma importancia que los pueblos tengamos voz en la articulación de los BRICS. Hoy hemos presentado nuestra visión sobre temas clave que formarán parte del documento oficial que será entregado a los cancilleres y, más adelante, a los presidentes”, explicó Stedile.
El encuentro se extenderá durante dos días, y servirá de antesala a la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros, programada para la próxima semana también en Río de Janeiro.
Las propuestas recogidas por la diplomacia durante este foro serán incorporadas al documento base de esa reunión ministerial, que a su vez alimentará la cumbre presidencial de los BRICS, prevista para julio.
Este nuevo modelo de participación consolida el carácter multipolar y plural que defienden los BRICS frente al hegemonismo de los organismos tradicionales dominados por las potencias occidentales. La incorporación activa de los movimientos sociales busca dar voz a los sectores históricamente excluidos de la toma de decisiones globales y promover una agenda centrada en la justicia social, la soberanía económica y la paz.