El Diario Nica

Terremoto que sacude a Myanmar y Tailandia

Un potente terremoto de magnitud 7,7 se registró a 16 kilómetros al nor-noroeste de Sagaing, Myanmar, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

El sismo se produjo a las 06:20:54 (UTC) y tiene 10 kilómetros de profundidad. En Internet ya aparecen imágenes de los edificios que tiemblan y se derrumban. Según videos que se difunden en redes sociales, el terremoto afecta también al territorio de Tailandia. El agua de las piscinas de los rascacielos en Bangkok se está derramando.

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El temblor, que fue seguido de una fuerte réplica, se ha sentido también en la provincia china de Yunnan, en el suroeste de esta nación. Al menos 144 personas han muerto y más de 700 están heridas, según ha informado en su canal de Telegram la televisión estatal birmana.

Un miembro de los equipos de rescate desplazado a la segunda ciudad birmana, Mandalay, había aseverado que los daños son enormes y que el número de muertos era alto: “Eso es todo lo que podemos decir por el momento, porque los esfuerzos de rescate continúan. El número exacto de víctimas se desconoce, pero está en los cientos”, adelantaba la cadena de televisión británica.

Poco después, un segundo fuerte terremoto de magnitud 6,4 sacudió Myanmar casi en el mismo lugar

Solo en un edificio de Bangkok hay al menos 81 personas atrapadas en los escombros, ha confirmado el vice primer ministro tailandés, Phumtham Wechayachai, quien ha calificado el terremoto como “un evento sin precedentes en Bangkok en el último siglo”, recoge el diario local The Nation.

Hari Kumar, ingeniero y coordinador regional de la ONG GeoHazards International, ha comunicado a varios medios que el Hospital General de Mandalay está desbordado y que no acepta a más pacientes. También cree que se ha quedado sin agua corriente y electricidad. “Es devastador porque es el único hospital en esa área para los ciudadanos de a pie. Hay obviamente muchas, muchas personas acudiendo allí con heridas”.

La junta militar que gobierna la antigua Birmania ha declarado el estado de emergencia en seis regiones del país, entre ellas, en las que se encuentran Mandalay y la capital, Naipyidó, sede de la cúpula castrense. No obstante, no está claro qué significa exactamente esta declaración, ya que las autoridades militares decretaron el estado de excepción desde que tomaron el poder a la fuerza en el golpe de Estado de 2021. El país lleva sumido en el más profundo caos desde entonces, y amplias zonas del territorio permanecen controladas por grupos opositores. La guerra civil probablemente dificultará la llegada de ayuda humanitaria y las labores de rescate.

“Necesitamos y queremos que la comunidad internacional proporcione ayuda humanitaria”, ha declarado el portavoz de la junta militar, el general Zaw Min Tun. Esta petición de ayuda por parte de las autoridades birmanas es inusual (no lo ha hecho en catástrofes naturales previas), lo que sugiere que estarían esperando que el número de víctimas sea elevado. También ha especificado que “cada vez hay más heridos en todo el país, lo que aumenta la demanda de reservas de sangre de emergencia”, recoge la agencia MyanmarNow. La Cruz Roja ha desplegado un equipo de respuesta en Myanmar, mientras que la Organización Mundial de la Salud está estudiando la posibilidad de enviar suministros para traumatismos desde sus centros logísticos.

En Tailandia, la primera ministra, Paetongtarn Shinawatra, ha afirmado unas cinco horas después del terremoto que la situación “comienza a normalizarse” y ha instado a la población a regresar a sus hogares. “Ahora es seguro para todos regresar a sus alojamientos”, declaró Shinawatra en un comunicado. “Los edificios afectados son aquellos en construcción, de los que preocupa tanto la integridad estructural como la estabilidad de las paredes”.

La líder tailandesa también ha informado de que se han registrado alrededor de 12 réplicas desde el seísmo, pero ha tranquilizado a la población al asegurar que no hay riesgo de tsunami, ya que el epicentro se localizó lo suficientemente lejos de la costa. “Queremos asegurar a la ciudadanía que las réplicas no representarán una amenaza significativa. Los residentes de los edificios de gran altura que sufrieron daños menores pueden regresar con seguridad a sus residencias”, añadió.