El Diario Nica

El fresco de cacao: Un sorbo de historia y tradición

Si hay una bebida que evoca nuestras raíces y tradiciones ancestrales, esa es el fresco de cacao. Con su sabor auténtico y su rica historia, esta bebida es un tesoro culinario que ha perdurado a lo largo de generaciones, llevando consigo los secretos de nuestros antepasados.

Preparar un auténtico fresco de cacao requiere ingredientes básicos y naturales que realzan su sabor único:

  • 1 taza de semillas de cacao tostadas.
  • 1/2 taza de arroz crudo (remojado previamente por al menos 2 horas).
  • 1 raja de canela.
  • Azúcar o dulce de panela al gusto.
  • Agua (la cantidad depende de la consistencia deseada).
  • Hielo (opcional, para servir).

Elaboración paso a paso

  1. Tostar las semillas: Las semillas de cacao se tuestan cuidadosamente en un comal hasta que desprendan su aroma característico. Esto resalta los sabores naturales del cacao.
  2. Moler los ingredientes: Una vez tostadas, las semillas de cacao se muelen junto con el arroz y la canela hasta obtener una mezcla fina y homogénea.
El fresco de cacao: Un sorbo de historia y tradición / WEB
  1. Diluir y endulzar: La mezcla molida se diluye en agua, asegurándose de remover bien para evitar grumos. Luego se endulza al gusto, ya sea con azúcar o panela.
  2. Colar la bebida: Para obtener una textura más suave, el fresco se cuela utilizando un tamiz o colador fino.
  3. Servir: Finalmente, el fresco se sirve frío con hielo, ideal para refrescar los días calurosos.

El fresco de cacao no es solo una bebida, es una conexión directa con nuestra herencia cultural. En la época precolombina, el cacao era considerado un fruto sagrado, utilizado no solo en la gastronomía, sino también como moneda y ofrenda ceremonial. Hoy en día, esta bebida mantiene su relevancia, siendo parte de celebraciones y reuniones familiares.

Disfrutar de un fresco de cacao es más que calmar la sed; es un homenaje a nuestras raíces, un momento para saborear el pasado y compartirlo con las nuevas generaciones.