A pesar de que muchos consideran que su actuación en The Last Showgirl fue la más importante de su carrera, Pamela Anderson no fue reconocida por la Academia de los Oscars.
Sin embargo, la actriz canadiense de 57 años no parece sentirse afectada por ello. En una reciente entrevista, aseguró que por primera vez se siente “como una actriz”.
Este papel, que la aleja de su imagen de símbolo sexual, la ha permitido explorar una nueva faceta en su carrera.
Conocida por su rol en Baywatch y su vinculación con la revista Playboy, Anderson ha sido una figura controvertida en Hollywood. A lo largo de los años, fue víctima del sistema de estrellas de la industria, pero ahora disfruta de una renovada etapa personal y profesional.
Pamela Anderson se siente más viva que nunca. En The Last Showgirl, dirigida por Gia Coppola, nieta del famoso Francis Ford Coppola, interpreta a una bailarina de cabaret que se enfrenta a los últimos días de su carrera.
La trama refleja cómo la industria del entretenimiento desecha a quienes ya no son necesarios, un tema que conecta profundamente con su propia experiencia.
Pamela, quien ha abrazado el movimiento «no make-up» y promueve la libertad de los estándares de belleza femenina, se siente identificada con su personaje.

La película se aleja de los clichés explotadores y ofrece una mirada honesta a la vida de un ser humano imperfecto en busca de su propio camino. Además, este proyecto complementa su activismo en defensa de los animales y su lucha por los derechos de Julian Assange.
Tras años de ser retratada por los medios, Pamela ha retomado el control de su narrativa. A través de su documental Pamela, una historia de amor, compartió su historia personal, lo que llevó a Coppola a elegirla para este papel transformador.
Ahora, la actriz se siente más viva que nunca, con nuevos proyectos en mente, como actuar en una obra de Tennessee Williams. «¡No fue aburrido! Así es como se debe vivir«; concluyó