Honduras, que ejerce la presidencia ‘pro tempore’ de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), dio por cancelada la reunión extraordinaria de jefas y jefes de Estado y de gobierno convocada para este jueves 30 de enero, en la que se preveía abordar la expulsión de los migrantes latinoamericanos ilegales desde EE.UU. por parte de la Administración de Donald Trump.
La Secretaría hondureña de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional anunció en un comunicado que al superarse el ‘impasse’ entre los gobiernos de Colombia y EE.UU., se decidió que la convocatoria urgente ya no era necesaria.
Esta reunión tenía como objetivo, discutir de manera conjunta las políticas migratorias, mejorar la protección de los derechos humanos de los migrantes y coordinar esfuerzos regionales frente a la creciente preocupación por las condiciones en que viajan y son tratados los emigrantes.
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Honduras, señaló, no obstante, que el encuentro propuesto enfrentó la oposición sistemática de algunos países miembros.
«Los migrantes y sus derechos, tanto en el tránsito hacia el país receptor como dentro de las leyes de los Estados Unidos, al igual que los efectos y el impacto social y económico en toda la región que van a ocasionar las deportaciones masivas anunciadas, constituyen una preocupación común que se debe abordar con objetividad y responsabilidad. Sin embargo, en el ejercicio de la Presidencia Pro Témpore, Honduras lamenta que en el caso de Haití y en esta crisis humanitaria de los migrantes, nuevamente recibimos la oposición sistemática de países miembros que han privilegiado otros principios e intereses, diferentes a los de la unidad de la región latinoamericana y caribeña como comunidad», detalló el comunicado.
El motivo de la cancelación de esta reunión aún no está completamente claro, pero hay varias especulaciones al respecto.
Algunos informes mencionan que la falta de consenso entre los países miembros sobre cómo abordar la situación migratoria y las diferencias sobre las políticas específicas de cada nación pueden haber influido. Otros factores podrían ser cuestiones logísticas o diferencias en la urgencia con que los países miembros perciben el problema.
Este tipo de reuniones son clave para enfrentar los desafíos migratorios de manera colectiva, ya que América Latina es una región que enfrenta flujos migratorios tanto dentro de la región como hacia fuera de ella, especialmente hacia los EE.UU., lo que genera tensiones diplomáticas y humanitarias.