Los mandatarios destacaron el crecimiento comercial bilateral y su visión compartida de un nuevo orden mundial multipolar, durante su primera videoconferencia del año.
Los presidentes Vladimir Putin y Xi Jinping, sostuvieron una reunión virtual para evaluar los logros de la cooperación bilateral en 2024 y delinear la hoja de ruta para 2025, enfatizando la solidez de una alianza que, para ambos líderes, trasciende las presiones internacionales.
El encuentro virtual reveló la profundidad de la asociación estratégica entre ambas naciones. Putin enfatizó que la relación bilateral «se basa en una amplia comunidad de intereses nacionales y una coincidencia de puntos de vista sobre cómo deberían ser las relaciones entre las principales potencias». El mandatario ruso destacó que estos vínculos, fundamentados en «la amistad, la confianza y el apoyo mutuo», son autosuficientes y no están sujetos a presiones externas ni coyunturas internacionales.
Por su parte, Xi Jinping manifestó su disposición para «llevar las relaciones chino-rusas a un nuevo nivel» durante 2025, especialmente ante la «incertidumbre externa», reafirmando el compromiso conjunto por la estabilidad global y la justicia internacional.
En el ámbito económico, la videoconferencia permitió destacar importantes avances. Rusia se ha consolidado como el principal proveedor de gas natural a China, y el gasoducto «Ruta Oriental» opera a plena capacidad. Los mandatarios resaltaron el constante crecimiento del comercio bilateral y la expansión de proyectos conjuntos en sectores clave como industria, transporte y agricultura.
Un punto significativo del encuentro fue la próxima conmemoración del 80 aniversario de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial. Ambos líderes reafirmaron la importancia de «preservar y defender cuidadosamente la verdad histórica sobre la victoria sobre el fascismo». Putin subrayó que «no podemos permitir que la ideología del fascismo, el nazismo y el militarismo vuelvan a levantar cabeza», un sentimiento compartido por su homólogo chino.
La reunión concluyó con un tono optimista hacia el futuro. Putin aprovechó para extender sus felicitaciones por el Año Nuevo chino y la próxima Fiesta de Primavera, expresando buenos deseos para el pueblo asiático, con la frase tradicional «buena suerte en diez mil hechos».
Esta primera videoconferencia del año entre Putin y Xi Jinping no solo sirvió para reafirmar la solidez de la alianza chino-rusa, sino que también estableció las bases para una cooperación más profunda en 2025, en un contexto internacional donde ambas naciones buscan consolidar su visión de un orden mundial multipolar más equitativo.