La Oficina de Industria y Seguridad (BIS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio de Estados Unidos, anunció una norma que prohíbe ciertas transacciones relacionadas con la venta o importación de vehículos conectados que integren tecnología china o rusa, tanto componentes como software.
El comunicado detalla que tal decisión fue tomada debido a que determinadas tecnologías procedentes de estos dos países presentan un excesivo e inaceptable riesgo para la seguridad nacional de EE.UU.
«Con esta norma, el Departamento de Comercio da un paso necesario para defender la seguridad nacional de EE.UU. y proteger la privacidad de los estadounidenses, impidiendo que adversarios extranjeros manipulen estas tecnologías para acceder a información sensible o personal», declaró la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.
“Los coches ya no son sólo acero sobre ruedas, son ordenadores. Tienen cámaras, micrófonos, dispositivos GPS y otras tecnologías conectadas a Internet”, explicó la Secretaria de Comercio saliente, Gina Raimondo.

“No hace falta mucha imaginación para entender cómo un adversario extranjero con acceso a esta información podría suponer un grave riesgo tanto para nuestra seguridad nacional como para la privacidad de los ciudadanos estadounidenses”, añadió Gina Raimondo.
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Las prohibiciones relacionadas con el ‘software’ entrarán en vigor en los modelos del 2027, mientras que las del ‘hardware’ para los modelos 2030, o el 1 de enero de 2030, para las unidades sin año de modelo. Las prohibiciones sobre la venta de automóviles conectados por parte de fabricantes con una conexión suficiente con China o Rusia, aunque se fabriquen en EE.UU., entrarán en vigor para los modelos 2027.
El alcance de la medida llega hasta los coches particulares, ya que, según el organismo, la cadena de suministro para buses y camiones es más compleja, por lo que reglas específicas para estos vehículos serán precisadas en el futuro cercano.
A finales de septiembre, el Departamento de Comercio inició una investigación pública sobre el asunto, que acaba de concluir con la publicación de nuevas normas destinadas a asegurar la cadena de suministro de vehículos conectados frente a amenazas externas.

Tras una continua bajada de precios, los PHEV en China son ahora una opción equiparable con los modelos de gasolina y eléctricos. Y es algo que se ve también en Europa, donde frente a la bajada de venta de eléctricos, las marcas chinas apuestan ahora por los PHEV para asentarse en Europa.
A su vez, Pekín, en repetidas ocasiones ha afirmado que se opone a que Washington extienda demasiado su concepto de seguridad nacional, y abuse de las medidas de control de exportaciones y bloquee y reprima maliciosamente a China al imponer sanciones a varias empresas, fábricas de semiconductores y compañías de inversión chinas.