La noche del 27 de diciembre de 1974 quedó grabada en la memoria histórica de Nicaragua. Trece combatientes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ejecutaron la Operación “Diciembre Victorioso”, un acto de valentía y estrategia que desafió a la dictadura somocista. Este evento, más que una acción militar, simbolizó la resistencia del pueblo nicaragüense contra la opresión.
Contexto Político: Nicaragua Bajo la Dictadura Somocista
En la década de 1970, Nicaragua estaba bajo el yugo de Anastasio Somoza Debayle, un régimen caracterizado por la corrupción, la represión y la dependencia del apoyo estadounidense. La opulencia de la burguesía contrastaba con la pobreza extrema de la mayoría de los nicaragüenses. En este contexto, el Frente Sandinista de Liberación Nacional surgía como una esperanza para las clases explotadas, liderando una lucha armada por la justicia y la soberanía.
La Operación “Diciembre Victorioso”
La Operación “Diciembre Victorioso”, ejecutada el 27 de diciembre de 1974, fue una acción militar y política cuidadosamente planificada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). El objetivo central fue asaltar la lujosa mansión de José María Castillo Quant, exministro somocista, donde se celebraba una fiesta con miembros destacados del régimen y empresarios. Este evento, conocido también como la Operación «Juan José Quezada», fue liderado por una unidad de 13 combatientes, incluyendo 10 hombres y 3 mujeres, y demostró la capacidad organizativa del FSLN para ejecutar misiones de alto impacto.
Estrategia y Ejecución Precisa
La unidad sandinista dividió a sus combatientes en tres escuadras, ingresando simultáneamente por los dos accesos principales de la residencia. Esta coordinación permitió neutralizar rápidamente a los guardias de seguridad del lugar, quienes contaban con armas largas. Durante la toma, los guerrilleros gritaron:
«¡Somos del Frente Sandinista de Liberación Nacional! ¡Viva Sandino!»
La acción provocó una rápida desmoralización entre los invitados y la seguridad, permitiendo a los sandinistas tomar el control de la situación.
Un Mensaje de Valentía y Justicia
Los guerrilleros proclamaron que su misión tenía un objetivo político claro: denunciar la represión de la dictadura somocista y obtener la liberación de presos políticos. Entre las exigencias destacaban la entrega de cinco millones de dólares y la libertad de 14 prisioneros revolucionarios, entre ellos Daniel Ortega Saavedra.
Confrontación y Resolución
El exministro Castillo, conocido por su brutalidad, intentó resistir armándose dentro de la mansión. Sin embargo, fue abatido tras intentar atacar a los guerrilleros. Este desenlace simbolizó la vulnerabilidad del régimen y la fortaleza del FSLN. El asalto finalizó con la evacuación del comando y los rehenes hacia un aeropuerto, desde donde los guerrilleros y prisioneros liberados fueron enviados a Cuba.
Resultados Transformadores
La operación no solo logró la liberación de 14 prisioneros políticos, sino que también generó un impacto significativo a nivel nacional e internacional. En Nicaragua, la acción fue celebrada como un acto de dignidad y esperanza, mientras que los medios internacionales destacaron la habilidad del FSLN para enfrentar al régimen. Esta operación marcó un antes y un después en la lucha revolucionaria, consolidando el apoyo popular y demostrando que un cambio político era posible.
El objetivo era claro: asaltar la mansión del exministro somocista José María Castillo Quant, donde se realizaba una fiesta en honor al embajador estadounidense Turner B. Shelton. Aunque el diplomático había abandonado el lugar minutos antes, el comando logró tomar como rehenes a altos funcionarios del régimen y a destacados empresarios.
Coordinación y Ejecución
La Unidad de Combate “Juan José Quezada”, integrada por 10 hombres y 3 mujeres, planificó meticulosamente cada movimiento. Divididos en tres escuadras, penetraron la residencia utilizando los dos accesos frontales. El enfrentamiento inicial con la seguridad de la mansión resultó en bajas enemigas, pero el comando logró controlar la situación y proclamar:
“Esta es una operación política, ¡manos a la cabeza y contra la pared! Somos del Frente Sandinista de Liberación Nacional. ¡Viva Sandino!”
El Precio del Valor
En el enfrentamiento, José María Castillo, conocido por su arrogancia y brutalidad, intentó resistir. Armado con un fusil, fue abatido por los guerrilleros. Este acto simbolizó la caída del poder somocista en su forma más cruda.
Consecuencias Inmediatas
La acción obligó al régimen a liberar a 14 prisioneros políticos, entre ellos Daniel Ortega Saavedra, futuro presidente de Nicaragua. Además, el comando y los liberados fueron trasladados a Cuba, donde recibieron el apoyo de Carlos Fonseca, fundador del FSLN.
Impacto Nacional e Internacional
El mundo fue testigo de la valentía del FSLN. Medios internacionales como United Press International difundieron la noticia, evidenciando la debilidad del régimen somocista ante la organización revolucionaria. En Nicaragua, el pueblo celebró la acción como un acto de dignidad y esperanza.
Héroes de la Unidad “Juan José Quezada”
La operación fue liderada por Eduardo Contreras y Germán Pomares, junto a figuras destacadas como Leticia Herrera, Hilario Sánchez y Olga Avilés. Su compromiso y sacrificio se convirtieron en un ejemplo para futuras generaciones.
Eduardo Contreras
Jefe del comando, demostró liderazgo y estratégica militar.
Germán Pomares
Héroe nacional y pieza clave en la acción, cuyo testimonio sigue inspirando a muchos.
El Legado de “Diciembre Victorioso”
La Operación “Diciembre Victorioso” marcó un punto de inflexión en la lucha contra la dictadura. No solo demostró la capacidad del FSLN para desafiar al régimen, sino que también consolidó el apoyo popular hacia la revolución.
Una Fuente de Inspiración
La acción de la Unidad de Combate “Juan José Quezada” se convirtió en un referente histórico para los movimientos revolucionarios en Nicaragua y América Latina. Representó el triunfo de la organización, la disciplina y el sacrificio sobre la opresión y el miedo. Cada uno de los combatientes demostró que la lucha por la justicia trasciende los límites individuales y se convierte en una causa colectiva.
Transformación del Imaginario Colectivo
Este evento redefinió la percepción de lo que era posible frente a un régimen opresor. La narrativa oficial de invencibilidad de la dictadura somocista fue quebrantada, y el pueblo comenzó a creer en la posibilidad real de un cambio político y social. Los gritos de “Patria Libre o Morir” resonaron con más fuerza que nunca.
Cambios en la Estrategia del FSLN
La Operación “Diciembre Victorioso” también marcó una evolución en las tácticas del FSLN. La combinación de acción militar y propaganda política demostró ser efectiva para ganar el apoyo popular y desestabilizar al régimen. Este enfoque integral se convirtió en una característica distintiva del movimiento revolucionario.
Reconocimiento Internacional
El impacto de la operación no se limitó a las fronteras de Nicaragua. Diversos países y organizaciones internacionales comenzaron a prestar atención a la lucha del pueblo nicaragüense. La solidaridad con el FSLN creció, y la comunidad internacional empezó a cuestionar el apoyo estadounidense a la dictadura somocista.
Un Legado de Dignidad
El legado de “Diciembre Victorioso” vive en la memoria colectiva de Nicaragua como un testimonio de coraje, sacrificio y amor por la patria. Las lecciones de unidad, organización y resistencia siguen siendo relevantes en el contexto actual, recordándonos que la lucha por la justicia es un compromiso que trasciende generaciones.
Inspiración para las Nuevas Generaciones
Hoy, la historia de la Operación “Diciembre Victorioso” inspira a las nuevas generaciones a valorar la soberanía, la justicia y la dignidad. Representa un llamado a la acción frente a la adversidad y una reafirmación de que el cambio es posible cuando el pueblo se une por una causa común.
La historia de la Operación “Diciembre Victorioso” es un recordatorio de que la justicia y la soberanía son conquistas que requieren sacrificio y valor. En un tiempo donde el poder opresivo parecía invencible, trece guerrilleros demostraron que la voluntad del pueblo puede cambiar el curso de la historia. Su legado vive en cada acto de resistencia y en la aspiración por un futuro más justo para Nicaragua.