Los Milwaukee Bucks conquistan la Copa NBA tras dominar a los Oklahoma City Thunder en la segunda mitad.
La leyenda de Giannis Antetokounmpo, considerado el primer gran monstruo moderno de la NBA, suma un nuevo trofeo a su brillante carrera. El griego lideró a los Milwaukee Bucks para conquistar la Emirates NBA Cup, el segundo torneo del K.O. en la historia de la liga, tras imponerse con autoridad a los Oklahoma City Thunder (81-97). Un logro más en su trayectoria, marcada por éxitos como el anillo de 2021 y que, en Las Vegas, alcanza una nueva dimensión. Giannis no tiene límites.
Los Bucks, que arrancaron la temporada con dudas y un rendimiento irregular bajo la dirección de Doc Rivers, han dado un giro radical. Encontraron en la Copa una fuente de motivación y, en la final de Las Vegas, superaron con autoridad a los Thunder, el equipo revelación del Oeste gracias a su prometedora juventud.
Giannis Antetokounmpo fue el líder indiscutible. Con 28 puntos, 16 rebotes, 10 asistencias, tres tapones y dos robos, brilló en ambos lados de la cancha y demostró estar a la altura de los grandes momentos. Damian Lillard, con 23 puntos, lo respaldó a la perfección. Por el lado de Oklahoma, los 21 puntos de un apagado Shai Gilgeous-Alexander no fueron suficientes.
La final, aunque disputada, mostró la calidad de dos equipos de élite. Los Thunder comenzaron más sólidos, con Hartenstein dañando a Brook López en la pintura. Sin embargo, los Bucks respondieron desde el perímetro con los aciertos de Lillard, Bobby Portis y el propio López. Un inicio prometedor para un desenlace dominado por Milwaukee.
El primer tiempo fue una serie de destellos, con momentos de gran intensidad pero sin grandes diferencias. Jalen Williams destacó en transición, mientras que Giannis Antetokounmpo comenzó a tomar las riendas en el segundo cuarto, dando calma a los Bucks y castigando el pobre 1/17 en triples de Oklahoma al descanso (50-51, 24′). Aunque las diferencias seguían siendo mínimas, todo cambió después del intermedio.
El partido se rompió en la segunda mitad. A pesar del bajo porcentaje de Oklahoma, Milwaukee demostró su inteligencia y solidez. Centró su defensa en Shai y comenzó a acelerar su ataque. Prince y Lillard abrieron el tercer cuarto con gran acierto, y los Thunder cayeron en la desesperación. Aunque Wallace y Shai intentaron mantener a los Thunder en la pelea (64-69), los Bucks empezaron a imponer su ritmo.
Giannis se convirtió en el líder absoluto. En ataque, encontró canastas y castigó una y otra vez desde la línea de tiros libres, mientras que en defensa fue un muro. Su energía contagió a sus compañeros, como Lillard y un triple de Gary Trent justo antes de la bocina del tercer cuarto (64-77, 36′). Con ese disparo, la batalla por la Copa parecía decidida.
Y así comenzó el final. Milwaukee no levantó el pie del acelerador. Inició el último cuarto con la misma intensidad con la que dominó el tercer parcial, y con un triple de Trent y dos más de Brook López, quien había sufrido al principio del partido, quedó claro el mensaje. Oklahoma se vio abajo por 20 puntos (68-88, 40′).
No se rindieron. Fueron sumando parciales cortos, luchando por sus opciones. Pero era un esfuerzo que los llevaba a la orilla de la derrota, cada vez más distante. Lillard los alejó con otro triple, Giannis dio su último golpe con el tercer tapón de su partido de MVP, y Gary Trent añadió otro lanzamiento exterior a su cuenta.
El final llegó con el 81-97 que coronó a los Milwaukee Bucks como los segundos campeones de la historia de la Copa NBA. Otro logro más para un Giannis Antetokounmpo ya legendario. No es un cualquiera, nunca lo ha sido.