Li Jianping, acusado de corrupción y abuso de poder, fue ejecutado tras la confirmación de su sentencia por el Tribunal Popular Supremo en Mongolia Interior. La medida refuerza la política de “tolerancia cero” del presidente Xi Jinping en contra de la corrupción.
El exsecretario del comité de trabajo del Partido Comunista de China en la zona de desarrollo económico y tecnológico de la ciudad de Hohhot, Li Jianping, fue ejecutado tras ser hallado culpable de delitos de corrupción.
La información fue brindada por la Televisión Central de China, detallando que el funcionario había sido condenado por aceptar sobornos millonarios y abusar de su posición de poder. La ejecución de Li, se enmarca en la rigurosa campaña anticorrupción impulsada por el presidente Xi Jinping, que ha llevado a cientos de funcionarios a enfrentar severas sanciones.
Li Jianping, exsecretario del comité de trabajo del Partido Comunista de China (PCC) en Hohhot, fue ejecutado el 17 de diciembre de 2024 tras ser hallado culpable de corrupción, informó el Tribunal Popular Intermedio del condado de Khingan, en la Región Autónoma de Mongolia Interior.
La ejecución se llevó a cabo luego de la revisión y aprobación del fallo por parte del Tribunal Popular Supremo, conforme a la ley, según un comunicado oficial.
Durante la investigación, las autoridades determinaron que Li Jianping, mientras desempeñaba varios cargos públicos, se apropió indebidamente de más de 1.430 millones de yuanes (aproximadamente 199 millones de dólares) de fondos públicos.
Además, aceptó sobornos y activos materiales valorados en 577 millones de yuanes (unos 80 millones de dólares) y malversó otros 1.050 millones de yuanes (más de 146 millones de dólares).
Li Jianping había sido condenado a muerte en 2022, sentencia que fue confirmada en agosto de 2024 tras su apelación ante el tribunal de segunda instancia. Antes de la ejecución, se le permitió reunirse con sus familiares cercanos, según informaron fuentes judiciales.
La condena y ejecución de Li Jianping se inscriben en la intensa campaña anticorrupción liderada por el presidente Xi Jinping, quien ha calificado a la corrupción como «el principal tumor maligno que amenaza la vitalidad y la capacidad de lucha» del PCC. Xi, ha reiterado en múltiples ocasiones que la lucha contra este flagelo no se detendrá mientras existan condiciones para su proliferación, defendiendo el principio de «tolerancia cero» frente a los actos corruptos.